Metro Sevilla
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El Consejo de Gobierno ha aprobado este martes la formulación de la Estrategia Andaluza de Movilidad y Transporte Sostenibles 2030 en cumplimiento de los objetivos de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas y el Pacto Verde Europeo de la Comisión Europea, lo que deja en manos de la Consejería de Fomento, Infraestructuras y Ordenación el Territorio las actuaciones necesarias para su desarrollo y ejecución.

La Estrategia tiene como finalidad definir un nuevo enfoque en las políticas de movilidad y en la planificación del transporte sostenible frente a los retos del cambio climático.

Los objetivos generales estarán enfocados, entre otras cuestiones, a mejorar la movilidad de la ciudadanía y el transporte de mercancías, establecer criterios de sostenibilidad en la planificación de infraestructuras o impulsar la incorporación de la digitalización y los avances tecnológicos e innovación en la gestión y acceso al transporte.

En definitiva, el objetivo genérico es propiciar un cambio hacia un modelo de movilidad y transporte sostenibles bajo tres puntos de vista: el social, garantizando la accesibilidad al transporte público a todos los ciudadanos de las áreas metropolitanas y rurales y mejorando la seguridad vial; el ambiental, reduciendo emisiones, mejorando la calidad del aire y, por tanto, la salud de los ciudadanos; y el económico, optimizando recursos materiales como infraestructuras, material móvil y combustibles, así como no materiales como es la gestión del sistema de transportes.

La Estrategia Andaluza de Movilidad y Transporte Sostenibles se sustentará en principios básicos como el de la participación, con la colaboración desde el inicio del proceso del conjunto de agentes y actores que configuran el sector del transporte, así como de la ciudadanía en general, siendo de especial importancia las labores de coordinación y colaboración entre administraciones.

En segundo lugar, se basará en la transparencia, con la puesta en práctica de un modelo de gobierno abierto, donde los agentes implicados y la sociedad en general puedan conocer, participar en la elaboración y valorar las actuaciones que se pretenden implementar.

Otro pilar será la evaluabilidad mediante un sistema adecuado de seguimiento y evaluación y la adaptación y resiliencia para reducir la vulnerabilidad del sistema de transporte frente a posibles impactos externos relativos al cambio climático, pero también otros como las crisis económicas o futuras pandemias.