A 48 horas de que Reino Unido deje de pertenecer formalmente a la Unión Europea, aquí, en Andalucía, la posibilidad de un «GiBrEXIT» sin acuerdo hace temblar a los cerca de 10.000 trabajadores españoles que cruzan la frontera entre la Línea de la Concepción y el Peñón diariamente.

Desde la Asociación de Trabajadores Españoles en Gibraltar (ASCTEG) se muestran muy preocupados porque el 1 de enero, si nadie dice lo contrario, la frontera entre España y Reino Unido a través de la Roca volverá a existir después de décadas de libre tránsito de mercancías y personas a ambos lados de la verja.

Para ASCTEG es difícil digerir que, habiendo demostrado que quería permanecer en la UE con un 96% de apoyos en el referéndum celebrado en 2016, Gibraltar haya quedado excluido de las negociaciones directas europeas «por tener España, a exigencia propia, la última palabra o condicional de veto, siendo incapaces en cuatro años de garantizar la estabilidad y seguridad de 9.800 trabajadores españoles y 5.400 europeos, y de otras nacionalidades», recoge en un comunicado ASCTEG.

¿La soberanía es la excepción?

El Peñón es responsable del 20% del PIB del Campo de Gibraltar, en una zona donde el desempleo roza el 40% en el lado gaditano. Desde ASCTEG no se entiende cómo se han podido llegar a acuerdos en aspectos comerciales y aranceles, así como en relaciones bilaterales para Irlanda, Reino Unido y la Unión Europea, incluso cediendo cuota de pesca común en el Canal de la Mancha. «Es más, no habrá carga impositiva en la exportación del sector hortofrutícola murciano, y se mantiene la seguridad social para turistas y visitantes de larga estancia, entre otros tantos logros», apuntan.

«Es de locos que se nos diga que se trata de dialogar hasta el día 31 de diciembre (quedando sólo un día), máxime con la novedad sugerida por Gibraltar de establecer con Europa un Espacio Schengen de Prosperidad Compartida (para Gibraltar, La Línea y Comarca), algo en principio fantasioso que podría, de una vez por todas, resolver el limbo en el que se encuentra La Línea de la Concepción), convirtiéndose en frontera exterior de la UE, tanto el Puerto, como el Aeropuerto de Gibraltar».

De momento el día 1 de enero «perderemos la frontera comercial terrestre de La Línea, para, por vía marítima, suministrar a Gibraltar porque, ni nuestros políticos, ni nuestro propio Gobierno han sido capaces de dotar a esta frontera comercial con una pequeña infraestructura de PIF (Puesto de Inspección Fronteriza y FitoSanitaria), desplazándose la actividad económica a Algeciras».

Se espera un caos en la frontera y un desastre en el contacto vecinal que siempre han mantenido La Línea y Gibraltar, pero, según ASCTEG, «alardear con nuestro cañón medieval y banderas de soberanía no ayuda en absoluto». Parece que tampoco la postura institucional de no renunciar a la opción de la co-soberanía contribuye el entendimiento. Tanto la ministra de exteriores González Laya, como su antecesor en el PP, Margallo, han insistido en varias ocasiones en este punto, y la respuesta es la imagen de unos macacos en un atardecer gibraltareño en la cuenta de twitter del Primer ministro de Gibraltar, Fabián Picardo.

Plumilla por vocación, he trabajado en radio, televisión y prensa on line. Profundamente europeísta y convencida de que el Periodismo es el motor de cambio de la sociedad y hay que salvaguardarlo. Para...