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UCI del Hospital Virgen de Macarena

Los sanitarios denuncian el estado de desbordamiento en el que se encuentra la Atención Primaria a las puertas de la temporada de gripe.

Durante el último mes, los trabajadores de la Atención Primaria han estado denunciando la situación de sobrecarga que viven los centros médicos. Son la llamada primera línea de batalla, y después de un mes de agosto bastante malo, los sanitarios temen que la campaña de vacunación de la gripe –que arrancará en dos semanas– pueda agravar aún más la saturación.

Es posible que haya quien crea que esta situación es una novedad para nuestra sanidad, pero en palabras de Rafael Ojeda, presidente del Sindicato Médico de Sevilla, «la sanidad está infrafinanciada desde hace décadas, hacen falta médicos y muchos recursos y los llevamos pidiendo desde antes de la pandemia. El coronavirus ha evidenciado el déficit crónico que viven la Atención Primaria y los hospitales».

Si bien algunos gobiernos como el andaluz insisten en que tan solo hay una «presión asistencial puntual»–como dijo el consejero de Salud y Familia, Jesús Aguirre–, Rafael Ojeda lo desmiente: «Hay una sobrecarga generalizada, no voy a decir que sea así en todos los centros, porque los hay que funcionan bien, pero en la inmensa mayoría la realidad es distinta».

La prueba de la saturación de la Atención Primaria está en la lista de espera de un médico de familia, que según los datos actuales, puede llegar a los 70 pacientes por consulta, número que ronda casi el doble de lo que solía rondar, unos 35-40 pacientes por día.

Irene Guillén, recién graduada en Enfermería, ha trabajado durante este verano como enfermera de triaje en La Antilla (Huelva), y ha sido la encargada de separar a los pacientes sospechosos de tener covid de los que venían por otro tipo de necesidades. Asegura que según su experiencia durante este verano, «va a hacer falta mucha más gente de la que están contratando para hacer frente a lo que se viene». 

Líneas colapsadas

Las personas que hayan tenido la necesidad de llamar a su médico en las últimas semanas muy probablemente se habrán encontrado con el teléfono comunicando indefinidamente Esto es debido al gran volumen de llamadas de personas que insisten al teléfono hasta que al fin son atendidos.

Desde el Sindicato Médico de Sevilla concretan que la falta de personal que atienda las llamadas es la que está detrás de este desborde. Y es lógico, mucha de la gente que es incapaz de contactar por teléfono decide ir de manera presencial y solo consigue que los centros se saturen aún más. La pescadilla que se muerde la cola.

«El problema está en que las infraestructuras para atender las llamadas son las mismas que las que hemos tenido siempre, cuando estaba diseñado para tener una asistencia principalmente asistencial. Ahora que se atienden a más personas de manera telefónica seguimos teniendo el mismo número de líneas de teléfono y de personas que las atiendan», comenta Irene.

A esto ha respondido la Consejería de Salud y Familias, que ha asegurado tener tres objetivos: Eliminar la demora en la demanda telefónica, mejorar la gestión de la agenda y perfeccionar el modelo presencial. Dicho refuerzo se llevará a cabo con un aumento de las horas de médicos y enfermeras fuera de su horario ordinario, lo que, posiblemente recrudecerá el cansancio, el estrés y la ansiedad que ya muestran tener los sanitarios.

Los sanitarios, con mayor riesgo de padecer enfermedades mentales durante la pandemia según demuestran diversos estudios

En mayo, un estudio de la Universidad Complutense alertó que el 53% de los trabajadores sanitarios presentaban valores compatibles con estrés postraumático; y en julio, un estudio del Hospital Universitario Virgen de Macarena de Sevilla, concluía que el personal asistencial sometido a la situación sanitaria, tiene más riesgo de desarrollar no sólo ansiedad, depresión, insomnio o trastornos de estrés postraumático, sino también experiencias psicóticas transitorias.

Sobre esto, Irene cuenta que durante este verano el equipo del centro de salud de Lepe — municipio al que pertenece el núcleo urbano de La Antilla — estuvo una semana entera en cuarentena porque una enfermera dio positivo. Entonces, fueron los del centro de salud de La Antilla los encargado de cubrir el trabajo en el centro de salud de Lepe. 

«Hemos tenido y tenemos miedo de coger el virus, ya sea por nosotros o por nuestras familias, entonces claro que el estrés y la ansiedad han aumentado», dice Irene. Pero advierte: «Lo peor viene ahora. Con lo difícil que ha sido la situación en verano, cuando empiecen los resfriados y la gripe, con lo complicado que es diferenciarlos con el coronavirus porque tienen síntomas muy parecidos… Eso va a ser mucho más estresante».

La Consejería de Salud andaluza también ha anunciado el incremento de 5325 horas mensuales de los operadores de Salud Responde, con el objetivo de mantener la proporción 60%/40% de consultas telemáticas y presenciales, respectivamente.

«Se ha reforzado el sistema con un centenar de profesionales para el rastreo de contactos y seguimiento proactivo, y se han puesto en funcionamiento dos nuevos call centers de rastreo de contactos para los que se han contratado 20 profesionales. En total en Andalucía contamos con 8183 rastreadores», declaró Jesús Aguirre hace unos días en el Parlamento andaluz.

La precariedad en el sistema de salud

Los sanitarios no solo tienen un aumento de los trastornos psicológicos por miedo a contagiarse, también lo tienen por el agotamiento físico que implica tener que trabajar tantas horas. 

El Consejero de Salud andaluz manifestó hace unos días la necesidad de contratar a personal sanitario extracomunitario porque la bolsa de empleo ya estaba vacía. «Eso es completamente falso» explica Irene, que conoce bien cómo funciona la bolsa de empleo. «Cada 31 de octubre se abre la bolsa de empleo para que los recién graduados acrediten sus méritos y puedan trabajar en el Sistema Andaluz de Salud (SAS), pero el problema es que llevan dos años sin abrir la bolsa». 

El sistema de méritos que se utiliza para la contratación en la sanidad pública implica que muchos sanitarios tengan que compaginar trabajos en la privada con contratos esporádicos en la pública. Sobretodo ocurre en navidades y en verano, cuando se necesita más personal.  Estos contratos esporádicos sirven para que los recién graduados acumulen puntos y pueda ser contratados en un futuro de forma indefinida en la pública, donde pagan mejor y hay mejores condiciones que en la privada.

Ahora, con el Coronavirus, se siguen haciendo este tipo de contratos temporales pero de una más larga duración — hasta los seis meses — , pero como aún así siguen siendo de manera provisional, los sanitarios no pueden dejar sus trabajos en la privada porque los perderían. Así que se ven obligados a dobla turnos. «Salimos de un sitio a las 3 de la tarde y nos vamos a hacer la tarde a otro, o hacemos la noche en la pública y echamos la mañana al privado», dice Irene. 

Sin rastro de los rastreadores

Muchas personas que han estado en contacto estrecho con un positivo llaman a su centro de salud por la desesperación que les genera no recibir una llamada de los rastreadores.

«Estuve esperando varios días a que me llamaran, pero como no lo hacían, contacté con mi consulta médica y les conté que una compañera de trabajo con la que había tenido contacto estrecho había dado positivo. Me dieron cita para hacerme la PCR una semana más tarde», cuenta Cris Clemente, que dio positivo a la COVID-19 a principios de septiembre. «Me notificaron el positivo cuatro días más tarde. Al día siguiente me volvieron a llamar para preguntarme si presentaba algún síntoma y como les dije que hacía días que no los tenía, me dieron el alta en ese mismo momento, sin hacerme una segunda PCR ni nada», lamenta Cris.

Jesús Camino también tuvo un contacto estrecho con un positivo: «Les tuve que llamar yo porque nunca me llamaron. Me hicieron la prueba el 8 de septiembre y no me dieron los resultados hasta el 14, por suerte di negativo, aunque estuve encerrado en mi casa hasta completar los catorce días de cuarentena».

El pluriempleo de los sanitarios

Como no hay rastreadores suficientes, los sanitarios confiesan estar haciendo tres labores: Hacen de médicos, de rastreadores, y también de policías.

«Es lo que tiene que el resultado de una PCR tarde tanto. Hay pacientes de los que tenemos constancia que no cumplen la cuarentena. Mientras esperan el resultado de la PCR no se aíslan y tenemos que recordarles que tienen prohibido salir» relata el presidente del Sindicato Médico de Sevilla. «Se echa de menos un control sobre los pacientes de las autoridades», añade.

Irene relata que este verano tuvo que empezar a advertir a los pacientes a los que ponía en cuarentena que, saltársela, implicaba un delito contra la salud pública. «He tenido que llegar a ese punto porque había pacientes que se saltaban la cuarentena a la espera de una PCR, e incluso una vez notifiqué de un positivo, y el paciente nos dijo que no se encontraba en su casa sino que estaba en la discoteca». 

Sobre los nuevos test de antígenos, Ojeda opina que a pesar de no ser la solución definitiva, porque el problema de la Atención Primaria es la pobre financiación, probablemente esos tests ayuden a manejar la pandemia.

La situación en los hospitales

Además de la Atención Primaria de los centros de salud, «se empiezan a notar síntomas de sobrecarga» en los servicios de urgencia de los hospitales, en las plantas de hospitalización y, lo más preocupante, en las UCI.

Algunas UCI están llenas, se empieza a notar cierta saturación en las plantas de hospitalización y en los servicios de urgencia de los hospitales podría decirse que hay un estado parecido a la de los centros de salud.

«Claro que se está cerca del colapso, si no hay refuerzos puede que no lo vayamos a conseguir»

Rafael Ojeda, presidente del Sindicato Médico de Sevilla

Ante la pregunta de si los hospitales están cerca del colapso, Ojeda advierte: «Claro que se está cerca del colapso, si no hay refuerzos puede que no lo vayamos a conseguir». «Si no se toman las medidas adecuadas, en un mes las UCI colapsarán», agrega.

Rafael insiste en la misma idea: «Hacen falta recursos». La Sanidad tiene un problema desde hace muchos años: La infra financiación. Se necesitan más médicos, más enfermeras y más material. De eso depende o no que tengamos que volver a los balcones para aplaudir a los sanitarios a las ocho.

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Periodista con acento andaluz. Me interesa la política, los datos y lo internacional. “El tiempo, casi siempre, está del lado del periodismo”.