Elías Bendodo. / JA.

El consejero de Educación y Deporte, Javier Imbroda; el vicepresidente de la Junta y consejero de Turismo, Regeneración, Justicia y Administración Local, Juan Marín, y el consejero de la Presidencia, Elías Bendodo, han comparecido este martes tras la reunión del Consejo de Gobierno.

En ella han anunciado un plan de contingencia ante un posible escenario de 3.000 pacientes ingresados por Covid-19 en Andalucía. Bendodo ha explicado que la curva de ingresos hospitalarios «preocupa», porque empieza a producirse un ascenso más pronunciado que en días anteriores, especialmente en planta. Además, ha explicado que el número de ingresos se está incrementando «muchísimo» en los últimos días en Sevilla.

La Junta debe «anticiparse», ha mencionado, motivo por el cual se ha acordado activar dicho plan de contingencia. Este plan supone que, «en base a un estudio de proyección de la Consejería de Salud, todas las provincias de Andalucía estarían preparadas a asumir la carga de ingresos hospitalarios de 3.000 hospitalizados sin necesidad de activar recursos asistenciales extraordinarios».  Si en algún momento, se detecta presión asistencial localizada, ¡se utilizarían recursos privados o estructuras ya preparadas.

El plan, según ha informado Bendodo, recoge  la adaptación de la gestión asistencial, habiendo una reserva de camas de hospitalización, observación, unidades de recuperación postanestésica y UCI, para poder tener operativas la mayor cantidad de unidades disponibles de éstas así como de respiradores.

Por otro lado, se suspenderían todas las cirugías no oncológicas que necesiten UCI y se disminuiría la cirugía menor ambulatoria en función de la situación epidémica local. Además, se llevaría a cabo un aplazamiento o suspensión de todas las consultas de revisión no oncológicas, así como de pruebas diagnósticas en pacientes no oncológicos.

Por su parte, se mantendrían todas las revisiones oncológicas, al igual que las consultas, pruebas diagnósticas o tratamientos, mientras que se mantendrían las primeras visitas y pruebas de primer diagnóstico de patologías potencialmente graves y del seguimiento del embarazo, y se potenciarían las consultas en acto único. También se mantendrían operativas las consultas y cirugías de urgencias y partos y la actividad relacionada con trasplantes o transfusiones.