El Producto Interior Bruto (PIB) de Andalucía sigue acusando el fuerte impacto de la crisis sanitaria motivada por el COVID-19.

En el segundo trimestre del año la economía andaluza decreció un 16,9% respecto al trimestre anterior, cifra que, si bien representa la mayor caída trimestral de la serie histórica, es 1,6 puntos porcentuales superior a la media nacional, que se situó en el -18,5%.

Según las estimaciones avanzadas por el Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía (IECA), en términos intertrimestrales, es decir, en comparación con el último trimestre del pasado ejercicio, el decrecimiento fue 12,7 puntos superior, ya que en el periodo de enero a marzo el PIB andaluz se contrajo un 4,2% (tras la última revisión efectuada por el citado Instituto). El crecimiento económico marca, por segundo trimestre consecutivo, la mayor caída trimestral registrada por el IECA.

En términos interanuales, es decir, en comparación con el mismo trimestre del año anterior, el PIB andaluz se situó en el -20,7%, frente al 22,1% de promedio español. Este menor decrecimiento de la economía andaluza respecto al total nacional puede explicarse, básicamente, por un mejor comportamiento de las actividades industriales en los datos parciales de este segundo trimestre, reflejado en el Índice de Producción Industrial de Andalucía (IPIAN), con la información de los dos primeros meses del trimestre. Éste indica que la evolución de la actividad del sector es superior a la de España en casi 4 puntos en lo que va del trimestre. Así, mientras el IPIAN se contrajo un 25,4% en la región, en el global nacional cayó un 29,3%, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).

La economía andaluza también ha registrado un mejor comportamiento en consumo de cemento (indicador de la marcha del sector de la construcción) y en el número de horas trabajadas que ofrece la Encuesta de Población Activa (EPA). En este caso, si bien la estimación del empleo en términos de ocupados es inferior en Andalucía que en España, el dato de horas trabajadas, más cercano al concepto de producción, la evolución es más favorable a Andalucía. La caída de las horas trabajadas en el sector de la construcción en la región, en términos interanuales, ha sido en torno a 3,5 puntos menos negativa a la registrada en el conjunto de España.

El sector servicios también ha obtenido cifras menos negativas en Andalucía que en España. Aunque para las ramas relacionadas con el turismo, financieras y actividades profesionales se obtienen crecimiento inferiores a los nacionales, este hecho se ha visto compensado por un mejor comportamiento de la Administración pública, educación y sanidad y las actividades inmobiliarias. Debido al mayor peso que estas actividades tienen en la economía andaluza, el dato andaluz es algo más favorable que la media española.

Hasta mediados de marzo de este año, la economía andaluza presentaba signos de moderación, estimándose un crecimiento del PIB algo inferior al del año 2019, en torno al 1,5%, pero en cualquier caso superior al del conjunto de la Zona Euro. Ese ritmo de avance hubiera permitido rebajar la tasa de paro regional del 20% y proseguir con la creación de empleo, hasta situarse la población ocupada próxima a los 3,2 millones de personas.

Tomando como referencia todo el año 2019, la economía andaluza cerró el ejercicio con un crecimiento del 2,1%, una décima por encima de la tasa registrada a nivel nacional (2%) y nueve décimas superiores al índice de la Eurozona (1,2%). Ese balance ponía de manifiesto que el PIB regional mantenía un dinamismo superior respecto de las economías española y europea. Desglosado por trimestres, el cuarto trimestre del pasado año la economía andaluza arrojó un saldo positivo del 1,9%, en el tercer trimestre ese porcentaje se situó en el 2%, en el segundo trimestre el índice fue del 2,2% y en el primer trimestre, del 2,5%.