Minuto de silencio por las víctimas del coronavirus. / Hospital Virgen Macarena.

Más de un 20 por ciento de enfermeras y enfermeros han sufrido la Covid-19 en Andalucía, según la encuesta difundida por el Sindicato de Enfermería SATSE, que concluye que estos profesionales ponen de nota un tres sobre diez a la gestión de la Consejería de Salud y Familias a la hora de solucionar sus problemas durante la crisis sanitaria.

También suspenden con un 3 sobre 10 la cantidad y calidad del material de protección que han tenido a su disposición, viéndose obligados siete de cada diez a reutilizar las mascarillas FPP-2 o FPP-3 para atender a pacientes y ciudadanos.

Estos resultados proceden del análisis que la empresa especializada en estudios online Sondea, ha elaborado para el Sindicato de Enfermería, SATSE, tras realizar una encuesta a finales de mayo y principios de junio a un total de 8.218 enfermeras y enfermeros del conjunto del Estado sobre su situación y condiciones de trabajo en la actual crisis sanitaria de la Covid-19.

La alta afectación de la enfermedad dentro del colectivo enfermero, la falta de suficiente material y equipos de protección, así como de pruebas diagnósticas de la Covid-19, y las graves consecuencias que su lucha contra la enfermedad ha supuesto nivel personal y familiar son algunas de las principales conclusiones del estudio y que, a juicio de SATSE, refrendan las sucesivas y reiteradas denuncias que desde la organización sindical se han realizado tanto a nivel nacional como internacional.  

En lo que respecta a Andalucía, el estudio señala que cerca de nueve de cada diez profesionales de Enfermería encuestados han trabajado durante la crisis sanitaria (89,8%) y que ocho de cada diez han tenido contacto con pacientes diagnosticados o sospechosos de coronavirus (87%). De los enfermeros y enfermeras encuestados/as, un 20,9 por ciento  aseguran haber tenido síntomas de la enfermedad.

En cuanto a las pruebas de detección de la enfermedad, fueron realizadas al 95,7 por ciento de las enfermeras y enfermeros de la comunidad autónoma. El análisis apunta que a un 42,6 por ciento les han hecho pruebas PCRs, a un 71,2 por ciento, test rápidos, y a un 31,3 por ciento le realizaron estudios serológicos. 

En lo que respecta a la  protección con la que han contado para realizar su trabajo, la cantidad y calidad del material disponible ha sido valorado por los profesionales durante las peores semanas de la pandemia con 3,3 puntos sobre 10, siendo muy mal puntuada (de 0 a 4) por el 69,8%. Ahora sigue siendo percibida con una media de 4,7, y es suspendida por un 44% de los profesionales encuestados.

Asimismo, cerca de ocho de cada diez enfermeras y enfermeros consideran que necesitarían más información y formación sobre el manejo de los EPIs (78,3%), y cerca de cuatro de cada diez declaran no haber recibido ningún tipo de información y formación al respecto (38,9%). 

El material que más han tenido que reutilizar las enfermeras y enfermeros ha sido la mascarilla FPP-2 o FPP-3, en concreto, un 75% de los profesionales encuestados. Por otra parte, un 67,7 por ciento han reutilizado mascarillas quirúrgicas  y un 45,3 por ciento batas impermeables, mientras que un 22,3 por ciento tuvieron que reutilizar trajes de buzo de los de un solo uso.

De otro lado, la encuesta pregunta a las enfermeras y enfermeros sobre la  gestión de la Consejería a la hora de solucionar sus problemas durante la crisis sanitaria, y le dan una nota media de 3,2 sobre 10. En cuanto a la implicación del centro sanitario o sociosanitario en el que trabajan durante la crisis le dan una nota de 4,27 sobre 10, mientras que puntúan con un 5,74  sobre 10 a la implicación de su mando superior.

El estudio realizado también concluye que un 30% de las enfermeras/os de la comunidad autónoma han realizado alguna denuncia, escrito de queja o similar respecto a las circunstancias de seguridad existentes en las semanas de crisis sanitaria. 

Asimismo, la pandemia de la Covid-19 ha afectado a la estabilidad del puesto de trabajo al 14,3 por ciento de las enfermeras y enfermeros encuestados, y un 12,5% de las enfermeras y enfermeros han necesitado ayuda psicológica por la sobrecarga laboral y duras condiciones que han tenido que soportar (estrés, ansiedad, contacto permanente con el dolor y, en muchas ocasiones, la muerte…), según el estudio realizado por la empresa Sondea.