Hoy es 4 de diciembre, una fecha histórica para Andalucía. Lo narra en vídeo la webserie documental estrenada por Sevilla Actualidad, una producción exclusiva para traer al presente un hito identitario que marcó un antes y un después en la construcción de nuestro futuro. Si te la perdiste, aquí puedes disfrutarla.

Andalucía hoy (y II)

 

El origen del 4D

Andalucía fue la cuarta región española que, tras la restauración de la democracia, obtuvo el reconocimiento de su identidad histórica y el derecho al autogobierno. De acuerdo con la exigencia manifestada por el pueblo andaluz en el referéndum del 28 de Febrero de 1980, Andalucía dispone de amplios poderes legislativos, ejecutivos y judiciales. Estas competencias, recogidas por el primer Estatuto de Autonomía de 1981, fueron reforzadas y ampliadas en el nuevo texto aprobado el 18 de febrero de 2007.

La evolución del autogobierno andaluz arranca en junio de 1977, con las primeras elecciones democráticas celebradas tras la muerte del dictador Francisco Franco. En octubre, los diputados y senadores elegidos constituyen la Asamblea de Parlamentarios Andaluces, que se marca como primer objetivo lograr el reconocimiento de la autonomía plena.

El trabajo de los representantes políticos se ve respaldado y empujado por una creciente movilización popular, motivada por el ansia de progreso del pueblo andaluz que no estaba dispuesto a seguir siendo marginado y discriminado.

Las masivas manifestaciones del 4 de Diciembre, apenas cinco meses después de las elecciones, son la primera y más contundente prueba de la voluntad popular que los andaluces añaden al gran acuerdo nacional por la recuperación de la democracia y la libertad: acabar con la desigualdad y con el subdesarrollo.

Un millón y medio de personas sale ese día a la calles de las principales ciudades andaluzas reclamando progreso e igualdad. También en Barcelona, en Bilbao o en Madrid lo hacen masivamente y ofrecen así, lejos de la tierra, el más rotundo argumento de su reclamación.

Porque en 1977, la cifra de andaluces emigrados durante los dos decenios precedentes roza los dos millones, más de la cuarta parte de la población total de 1955 y con una pérdida anual que llega a los 100.000 entre 1962 y 1977.

Cifras como estas evidencian el alto coste que tuvo para Andalucía su papel subalterno en el Estado centralista de la dictadura. El franquismo había agrandado los desequilibrios entre Andalucía y las regiones ricas. La relación con ellas rozaba el colonialismo, al articularse a través de un suministro de mano de obra, materias primas y alimentos a precios iguales o inferiores a los mundiales, a cambio de productos manufacturados a niveles muy superiores a los de los mercados internacionales.

En 1977, la conciencia de este estado de cosas entre la sociedad no era exclusiva de la clase trabajadora que sufrió de tal modo los efectos de la dictadura recién superada. También lo era de quienes encontraban dificultades estructurales insalvables para emprender negocios y crear empresas. Por eso la movilización del 4D rebasó las expectativas de sus promotores y su transversalidad enseguida tuvo consecuencias en todo el arco ideológico.

Autonomía de primera

La masiva reivindicación popular del 4 de Diciembre se materializará el 28 de Febrero de 1980 con la consecución, tras un referéndum legal, de una autonomía de primera; y cambiará de manera definitiva la configuración del modelo territorial del Estado español bajo los principios de igualdad y cohesión territorial.

En esos momentos pre-constituyentes, la ciudadanía y sus representantes perciben, por encima de las diferencias ideológicas, el riesgo de que se perpetúe la desigualdad entre regiones que la dictadura franquista consolidó. Desde Madrid, los primeros gobiernos democráticos dan muestras de entender el proceso descentralizador más como una concesión a «derechos históricos» de determinadas regiones que como herramienta de igualdad y progreso para toda la nación.

Las manifestaciones de 1977 constituyen así el germen de una toma de conciencia colectiva que, durante las décadas siguientes, conformará la mejor

defensa contra los intentos de regreso a la España desigual, así como la fundamental aportación andaluza a la construcción del edificio constitucional.

El componente emocional que une al pueblo andaluz entorno a este proyecto colectivo es un hondo y sentido clamor de justicia social, totalmente ajeno a consideraciones independentistas.

La autonomía se acaba convirtiendo en la esperanza de frenar la inercia del subdesarrollo y de solucionar los graves problemas económicos y sociales de la época, agudizados por los coletazos de la crisis económica mundial.

Los hombres y mujeres que salen a las calles el 4 de diciembre protagonizan el primer paso de la profunda reforma política y territorial que alumbrará el Estado democrático y moderno que hoy es España.

Andalucía, garante de la igualdad

En la jornada del 4D, Andalucía comienza a hacer ver que será decisiva en el diseño del nuevo Estado democrático. Desde el primer momento asume el papel de garante de la cohesión territorial, que no ha dejado de desempeñar durante los últimos 40 años.

Justo un año después de las manifestaciones, el 4 de diciembre de 1978, las principales formaciones políticas andaluzas (PSOE, UCD, PCE, AP, PSA, PTA, DCA, ID, RSE, ORT y ACL) tienen clara cuál es la voluntad popular expresada, más allá de las diferencias ideológicas y de las primeras contiendas electorales. Así, con la firma del Pacto de Antequera, se comprometen a alcanzar la autonomía plena.

Tras las elecciones generales y locales de 1979, la nueva Junta, presidida por Rafael Escuredo, acuerda en Granada seguir la vía del artículo 151 de la Constitución. A esta decisión se suman inmediatamente las diputaciones provinciales y más del 90% de los municipios andaluces.

Casi al mismo tiempo, los representantes de los partidos políticos con presencia parlamentaria (PSOE, UCD, PCE y PSA) se reúnen en la ciudad sevillana de Carmona para elaborar el primer borrador del Estatuto de Autonomía. Finalmente, con el referéndum del 28 de febrero de 1980 se produce el hito que corregirá definitivamente, hacia la el equilibrio territorial, el rumbo de un Estado autonómico inicialmente programado en sentido contrario.

La idea de que tres autonomías circularan por autopista y el resto por carreteras comarcales es definitivamente derrotada en una fecha, el 28F, que estuvo precedida de la marea cívica de las manifestaciones del 77. Andalucía impone una interpretación de la Constitución en clave de solidaridad, cohesión e igualdad.

La conmemoración del 4D también es un recordatorio de que, incluso una vez dejado atrás el franquismo, la conquista de la democracia, la libertad y el autogobierno no estuvo exenta de amenazas y peligros involucionistas, que se prolongaron hasta el intento del golpe de estado de 1981.

Aún en 1977, la herencia envenenada de la represión seguía viva y en la manifestación de Málaga murió por un disparo de arma de fuego el joven militante de Comisiones Obreras Manuel José García Caparrós. El suceso, de gran impacto en la sociedad, se convirtió en uno de los hitos de la lucha por la autonomía.

Hoy, cuatro décadas después, el acento social del 4D vuelve a cobrar relevancia por los efectos de la crisis económica de los últimos años, de una magnitud comparable a la de los 70; por las importantes desigualdades sociales generadas por las políticas de austeridad a ultranza y una injusta aplicación del sistema de financiación autonómica, que para Andalucía ha supuesto ya una merma de 5.522 millones de euros (equivalente a 3,8 puntos del PIB) y por la reapertura del debate territorial-constitucional, que la crisis catalana ha acelerado.

Estos 40 años han demostrado que no era vana ni utópica la ilusión de aquellos andaluces que el 4 de Diciembre de 1977 salieron a la calle con el apoyo de sus ayuntamientos y diputaciones. El 4D prefiguró el 28F y, con ello, la gran contribución de Andalucía a la democratización y a la construcción de una España más justa y equilibrada.

‘Andalucía 4D’, una webserie original de Sevilla Actualidad

Coincidiendo con el 40 aniversario del 4 de diciembre de 1977, Sevilla estrenó el primero de los capítulos de la webserie ‘Andalucía 4D’. Un trabajo audiovisual de producción propia que repasa los momentos decisivos en la construcción autonómica de Andalucía.

A lo largo de 12 capítulos para completar casi dos horas de metraje, el audiovisual narra desde distintos puntos de vista cómo se sucedieron los hechos aquel 4 de diciembre, día en que los andaluces se manifestaron de forma masiva en las ocho provincias para reivindicar su autonomía; la muerte -en circunstancias aún hoy no resueltas- de Manuel José García Caparrós; así como las principales reivindicaciones y las razones que motivaron la histórica movilización del 4D.

Pero, además, esta producción audiovisual profundiza en el contexto político, económico y social que rodeó a esta fecha histórica; el proceso autonómico que se inició entonces y que acabó en el referéndum del 28F de 1980; los rasgos culturales y de identidad que caracterizan a los andaluces; y el panorama mediático andaluz. Cuenta además con las voces en primera persona de figuras como Alejandro Rojas Marcos, Antonio Checa, Antonio Manuel Rodríguez, Felipe Alcaraz, Isidoro Moreno, Javier Aroca, José Rodríguez de la Borbolla, Mercedes de Pablos, Paco Casero, Rafael Rodríguez o Teresa Rodríguez.

Finalmente, y en una mirada al presente y al futuro, este trabajo analiza el legado que dejó el 4 de Diciembre y el panorama actual de la autonomía en un contexto de replanteamiento del modelo territorial del Estado.