Reyes Ramírez / Junta de Andalucía

«Si yo me entrego a mi familia, si estoy ahí con mis mayores, que yo me vea sola, no lo entiendo, no lo comprendo». Reyes Ramírez, es una de tantos mayores andaluces que viven solos. Un estudio reúne historias como la suya para tratar de combatir la soledad no deseada en Andalucía.

María de los Reyes Ramírez trabajó como enfermera pero su pasión fue la interpretación. Su trayectoria en las tablas la llevó hasta el mismísimo Teatro Lope de Vega de Sevilla y su propia casa es prueba de ello, donde guarda y atesora fotografías y cintas de vídeo pruebas de su trabajo. Ahora está sola, vive sola y, mucho más allá de ello, se siente sola. «Si yo me entrego a mi familia, si estoy ahí con mis mayores, que yo me vea sola, no lo entiendo, no lo comprendo», comenta.

Tiene un hijo que vive y trabaja en Madrid, con quien mantiene el contacto, pero Reyes lleva el día a día sin compañía. «Esto me trae muchos recuerdos. Yo no me merezco esta soledad. Pero, te lo merezcas o no, me pongo a pensar: hay muchos que están peor que yo».

Ahora, como instrumento de planificación de la Ley 6/1999 de 7 de julio de Atención y Protección a las Personas Mayores, gracias al I Plan Estratégico Integral para Personas Mayores en Andalucía 2020-2023, la Consejería de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación ha puesto en marcha el primer estudio sobre soledad no deseada en personas mayores. «El objetivo principal es saber a qué nos enfrentamos. Sabemos que existe la soledad no deseada pero queremos conocer sus características, qué tipo de soledad no deseada sufren nuestros mayores y dónde está localizada», explica Daniel Saltavierra, director general de Personas Mayores y Pensiones No Contributivas de la Junta de Andalucía.

«Tenemos datos sobre los hogares unipersonales en Andalucía y es fácil caer en la tentación de vincular éstos con la soledad no deseada pero nos hemos dado cuenta que es algo mucho más complejo. Hay que estudiarlo más específicamente para después programar políticas más eficaces», destaca Salvatierra.

Las personas de a partir de 55 años han experimentado un crecimiento absoluto de 800.000 en Andalucía desde 1998, lo que supone un 47% más. La población andaluza se encuentra en un proceso de envejecimiento progresivo, acompañado de un incremento de los hogares unipersonales. Por tanto, las administraciones están encargadas de prestarles las herramientas suficientes y las facilidades necesarias para que les sea fácil realizar un proyecto de vida.

Francisco Macareno cuenta que su primer trabajo fue recoger colillas cuando sólo era un niño y que no tiene un oficio, pero él mismo ha enmarcado en una bonita reja un azulejo de El Gran Poder. «¿Ustedes saben lo que es estar aquí solo todo el día metido? Aquí no hay amigos porque todo el mundo tiene muchos problemas. Toda mi vida he tenido buenos amigos, ahora me saludan pero amistad…» comenta en la soledad de un piso que ha ido vaciando de muebles a medida que se iba quedando sin compañía.

Las actuaciones que se enmarcan en el Plan Estratégico Integral apuestan decididamente por la búsqueda de un proyecto de vida para estas personas, por la convivencia intergeneracional, así como por el refuerzo de los centros de participación activa. Concretamente, el presupuesto para el año 2020 contempla una partida de 24 millones de euros para el funcionamiento de las residencias de mayores y los centros de participación activa, lo que supone una subida del 2,52% respecto a 2019, que son casi 600.000 euros más. Así como el casi millón de euros para la concesión de subvenciones a programas de mayores, entre los que se encuentran las aulas universitarias de mayores, en las que este curso se han matriculado más de 9.600 personas mayores de 55 años, de las que el 68% corresponde a mujeres.

El profesor de la Universidad Pablo de Olavide Juan Manuel García, del Departamento de Sociología, es el investigador principal del estudio sobre soledad no deseada en personas mayores en Andalucía. «Al ser la soledad un fenómeno tan complejo, hemos decidido establecer una metodología de encuesta a 2.000 personas mayores de 55 años. En ella se abarcan los aspectos que pueden comprender la soledad no deseada y otros de tipo sociodemográfico para explicar esos sentimientos de soledad», señala el docente.

Para todas las personas mayores que viven solas, el Servicio Andaluz de Teleasistencia (SAT) les permite mantener el contacto verbal durante 24 horas todos los días del año con sólo apretar un botón. Este recurso de la Agencia de Servicios Sociales y Dependencia de Andalucía (ASSDA) proporciona a las personas usuarias compañía, seguridad y atención rápida en caso de emergencia, así como apoyo a las familias, favoreciendo la conciliación de la vida familiar y laboral.

En la actualidad, el SAT atiende a más de 232.000 personas y, a fecha de 31 de octubre, había gestionado más de 4,8 millones de llamadas este año. De ellas, un 32% se realizó por motivo de conversación y compañía, de ahí el importante papel que adquiere esta prestación para paliar situaciones de soledad y aislamiento social.

El servicio de teleasistencia cuenta con una alta satisfacción por parte de los usuarios y usuarias de 9,7 sobre 10. Éstas valoran, por encima de todo, la tranquilidad y seguridad que les aporta el servicio al estar atendidas y sentirse acompañadas ante cualquier necesidad. El perfil mayoritario de ellas son mujeres de más de 80 años que viven solas, para quienes el SAT supone un importante apoyo para su autonomía y una mayor tranquilidad para sus familias.