Ana Julia Quezada / Cuatro

La autora confesa de la muerte del pequeño Gabriel Cruz, Ana Julia Quezada, ha mantenido este martes su versión según la cual «nunca quiso hacerle daño». Ha afirmado que le tapó la boca y la nariz para que se callara después de que Gabriel le dijese que era «fea».

Este lunes ha comenzado el juicio contra Ana Julia Quezada, la autora confesa de la muerte de Gabriel Cruz,  en la Audiencia Provincial de Almería. Tras la selección del jurado se ha procedido a la lectura de la acusación y de la defensa, así como las exposiciones de las partes personadas. Este martes se ha procedido a tomar declaración a la acusada.

La versión de Ana Julia Quezada mantiene que tapó las vías respiratorias del niño con la mano después de que el pequeño le dijese que era «fea» y se acercase a ella «con un hacha». Después, y al ver que no respiraba, continúa, se quedó paralizada. Algo más tarde cavó un hoyo para ocultar el cuerpo, golpeando más tarde con el hacha al niño para cortarle una de las manos, que había quedado fuera del hoyo.

La defensa mantiene que los golpes no se produjeron antes de que Ana Julia asfixiase al pequeño sino después, durante el traslado del cuerpo y mientras lo enterraba. La acusación, sin embargo, sostiene que la mujer causó diversas lesiones al niño antes de matarlo, asfixiándolo por último antes de enterrarlo.

La acusación particular

El abogado de la familia de Gabriel, Francisco Torres, ha señalado que Gabriel estuvo «casi una hora con posibilidad de salvarse de haber habido una simple llamada». De la misma forma, ha hecho hincapié en la alevosía de Quezada. Ha recalcado que no fue un homicidio, sino un asesinato, porque hubo «ensañamiento». También ha acusado a Quezada de un delito contra la integridad moral por decir todos los días «que iba a aparecer Gabriel cuando sabe que lo ha matado».

Prisión permanente revisable

Ana Julia Quezada se enfrenta a la pena de prisión permanente revisable por un delito de asesinato, así como diez años más de cárcel por sendos delitos de lesiones psíquicas a los padres del menor, que pide la Fiscalía. Solicita también el pago de los 200.203 euros de los gastos generados en la búsqueda de Gabriel y además, en concepto de reparación del daño moral reclama 600.000 euros para los padres, 160.000 para la abuela materna y otros 170.000 por los gastos médicos en conceptos de lesiones psíquicas y secuelas.