Ana Julia Quezada / Cuatro

Este lunes ha comenzado el juicio contra Ana Julia Quezada, la autora confesa de la muerte de Gabriel Cruz,  en la Audiencia Provincial de Almería. Finalmente no ha arrancado con la declaración de la acusada como estaba previsto, sino que se ha pospuesto para este martes, tras alargarse la selección del jurado. Este está formado por nueve miembros del jurado popular, con siete mujeres y dos hombres, y otros dos suplentes.

Tras la selección del jurado se ha procedido a la lectura de la acusación y de la defensa, así como las exposiciones de las partes personadas. La primera parte en exponer los hechos ha sido la fiscal Elena María Fernández, que acusa de un delito de asesinato y dos de lesiones psíquicas a Ana Julia Quezada. La fiscal ha asegurado que el menor «no tuvo opción de salir con vida» de la finca de Rodalquilar, en la que murió a manos de la acusada.

«Con claro ánimo de ocasionarle la muerte, de modo deliberado, consciente, a sangre fría y con absoluto desprecio a la vida», Quezada le dio «muerte de una forma tan repentina, inmediata e impredecible que anuló toda capacidad de reacción del niño», ha destacado en su lectura.

Igualmente, ha apuntado que Quezada aprovechó la «situación de desamparo y desvalimiento» propia de un niño de «8 años que pesaba 34 kilos» y el «desequilibrio de fuerzas» para cometer el delito con una «mayor facilidad» y «asegurar el resultado de muerte».

La acusación particular

Tras la fiscal, ha sido el turno del abogado de la familia de Gabriel, Francisco Torres, como acusación particular. Este ha rechazado de forma contundente. Lo ha justificado señalando que Gabriel estuvo «casi una hora con posibilidad de salvarse de haber habido una simple llamada».

De la misma forma, ha hecho hincapié en la alevosía de Quezada. Ha recalcado que no fue un homicidio, sino un asesinato, porque hubo «ensañamiento». También ha acusado a Quezada de un delito contra la integridad moral por decir todos los días «que iba a aparecer Gabriel cuando sabe que lo ha matado».

La defensa apunta a un «accidente

El abogado de oficio de la defensa, Esteban Hernández, ha defendido en su discurso que fue un accidente. Para justificar la teoría ha señalado que si hubiera estado «todo planeado», como sostienen Fiscalía y acusación particular, «parece una chapuza enorme».

También a apuntado a la no premeditación de Quezada. La ha asegurado que Quezada mató al pequeño «en la vivienda de su padre», y que se quedó junto a la familia a pesar del revuelo mediático, en lugar de huir.

Ana Julia Quezada se enfrenta a la pena de prisión permanente revisable por un delito de asesinato, así como diez años más de cárcel por sendos delitos de lesiones psíquicas a los padres del menor, que pide la Fiscalía. Solicita también el pago de los 200.203 euros de los gastos generados en la búsqueda de Gabriel y además, en concepto de reparación del daño moral reclama 600.000 euros para los padres, 160.000 para la abuela materna y otros 170.000 por los gastos médicos en conceptos de lesiones psíquicas y secuelas.