José Luis Márquez / Enrique Sánchez

Las subastas de medicamentos por parte de la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía está generando en la opinión pública una alarma social, sobre todo en asociaciones foros y colectivos de enfermos. A inicios de julio, el consejero de Salud y Familias de la Junta de Andalucía, Jesús Aguirre, reiteró en una reunión con farmacéuticos su intención de eliminar el modelo de subasta de medicamentos en Andalucía. Hablamos con José Luis Márquez Arroyo, presidente de Ceofa, (Confederación Empresarial de Oficinas de Farmacia de Andalucía) desde 2012. Regenta en la actualidad la farmacia Centro, la más antigua de Alcalá de Guadaíra.Casado, con dos hijas, de sesenta y tres años de edad, es Licenciado en Farmacia. Su formación académica es amplia así como los cargos profesionales que ostenta. Su bonhomía es muy destacada en favor de los asuntos sociales.

-¿Qué son las subastas de medicamentos?

-Es una convocatoria pública, exclusivamente de Andalucía, para seleccionar los medicamentos que deben obligatoriamente dispensar las oficinas de farmacia cuando se reciben recetas prescritas por principios activos.
El Servicio Andaluz de Salud (SAS) necesita diferentes presentaciones de cada principio activo.

-¿Cómo se seleccionan estos medicamentos?

-La historia comienza en 2012. El SAS convoca varias subastas cada año un listado por principios activos y lo publica, selecciona la oferta más barata entre los laboratorios que pujan por convertirse en proveedores del sistema sanitario. Todos los laboratorios que quieran presentarse lo pueden hacer. Tengo que decir que aquellos de cierta entidad y prestigio nunca han participado en las subastas.

-¿Qué ventajas e inconvenientes tienen entonces las subastas?

-En principio las ventajas son los ahorros que le puedan dar al SAS, lo que ocurre es que seguimos sin saber cuántos han sido y si han revertido en la propia sanidad. En cuanto a los inconvenientes, se producen muchos casos intolerancias a determinados medicamentos con lo cual el paciente tiene que visitar al médico, incrementando las consultas médicas, se ha aumentado el número de ingresos hospitalarios de pacientes… esto supone, también, un aumento de los gastos que no están evaluados y por lo tanto no se conocen. El principal problema es la pérdida de la calidad asistencial de los pacientes. El precio del medicamento se pone a nivel nacional. Es igual para toda España. El laboratorio se compromete en darle una aportación económica a la Junta de Andalucía por cada unidad de cada medicamento que se dispense.

-¿Ha habido desabastecimientos de medicamentos ?

-Yo les llamaría suministros inadecuados. Los laboratorios de las subastas no tienen capacidad de suministros suficientes cuando es obligatoria. La Junta lo ha reconocido y ha sancionado con más de 17 millones de euros a varios laboratorios por el desabastecimiento de farmacias de la Comunidad. Todo ello produce en los enfermos una desorientación que no saben a qué medicamentos atenerse por suministros inadecuados ya que se producen cambios en los envases que reciben los pacientes dificultando el cumplimiento del tratamiento, sobre todo en las personas mayores.

-¿Influye, entonces, la subasta en la calidad médica al paciente?

-En principio, la prescripción es libre, no tiene limitaciones. Pero hay directrices y orientaciones que le dan a los propios médicos. Si un paciente pide una determinada marca de medicamento, el médico está muy limitado a prescribirla. Ellos deben prescribir por principio activo, no por marca. Existe la marca, el genérico y el genérico de la subasta. La Junta recomienda a los médicos que se recete exclusivamente el principio activo, sin marca alguna, y las oficinas de farmacias están obligadas a dispensar la marca de la subasta. Si se intenta por parte del médico recetar una determinada marca, el sistema informático se lo va impidiendo. La Junta le dice que ponga el de la subasta. Si se logra recetar el de la marca. Al parecer, perdería un posible incentivo económico tanto él como el resto del equipo asistencial. Es un sistema maquiavélico.

-¿Existe un problema para el médico y para el paciente?

-Existe. Los médicos lo que quisieran es recetar el medicamento más adecuado para el paciente. El que sea más efectivo.
Por tanto, existe una ruptura de la equidad en la prestación. El que tiene dinero paga la marca del medicamento. No hay asistencia universal, equitativa e igualitaria. Basta asistir a una oficina de farmacia y estar un tiempo viendo lo que sucede para darse cuenta que muchos usuarios, por poco dinero que tengan prefieren el medicamento de marca.

Ante estas circunstancias de desigualdad en la prestación de los medicamentos, siempre los farmacéuticos, a diferencia del SAS, anteponemos los intereses sanitarios a los económicos.
En Andalucía solo pueden dispensarse los medicamentos adjudicatarios de la subasta, vulnerando los principios de equidad y de unidad de mercado.

-¿Cuáles son los medicamentos más solicitados?

-Son los analgésicos, los protectores de estómago y los relajantes del sistema nervioso.

-¿Qué propuestas ofrecéis?

-Nosotros hemos pedido a la Agencia Española del Medicamento que antes de dar las autorizaciones, se pidan unos requisitos más exigentes en los controles de seguridad, tanto para los autorizados como para los que se autoricen en un futuro. Ha habido muchas falsificaciones.

Ahora se ha publicado la decimocuarta subasta. Hemos interpuesto un recurso de alzada contra esta Resolución por considerarla nula y por tanto pedimos la suspensión de su aplicación. Creemos que la Junta de Andalucía incumple con este procedimiento la Ley de Contratos del Sector Público, saltándose los procedimientos de publicación y licitación de los contratos.

Entrevista de Enrique Sánchez.