Los problemas medioambientales causados por el ser humano son cada vez más numerosos. La escasez de recursos preocupa a muchos, y no sólo a ecologistas. El Parlamento de Andalucía, la más importante institución de la comunidad quiere predicar por el ejemplo, por eso ha decidido reducir un 25% su consumo energético.

Sevilla Actualidad. Los problemas medioambientales causados por el ser humano son cada vez más numerosos. La escasez de recursos preocupa a muchos, y no sólo a ecologistas. El Parlamento de Andalucía, la más importante institución de la comunidad quiere predicar por el ejemplo, por eso ha decidido reducir un 25% su consumo energético.
 
El ahorro eléctrico es sólo una de las medidas que llevará a cabo la cámara andaluza, que es la primera institución pública inscrita en el registro del Reglamento Comunitario de Ecogestión y Eco auditoría (EMAS). Desde que firmara el acuerdo en 2007, la sede del gobierno andaluz había reducido su uso energético hasta un 20%. Ahora gastará un 5% menos.
Además, en esos dos años toda la energía consumida en el Parlamento viene de energías renovables, hecho que la Comisión Nacional de la Energía a la empresa de suministro eléctrico, contratada por la Cámara autonómica, ha regulado. Según esta Comisión se han cumplido la mayoría de los objetivos marcados al entrar en EMAS.

Otras medidas tomada por el Ejecutivo andaluz son el uso de correo electrónico, uso del 98% de papel reciclado, y la eliminación progresiva de las fotocopiadoras pequeñas, impresoras, faxes y escáneres. El Parlamento cuenta, además, con su propio parque de bicicletas para reducir el consumo energético y la contaminación en los desplazamientos. De forma paralela, se ha dotado al personal de una guía de buenas prácticas ambientales y se contempla que todas estas medidas vayan acompañadas de jornadas formativas y de sensibilización para informar sobre la consecución de objetivos al personal de la Cámara.

EMAS. El EMAS (Eco-Management and Audit Scheme, o Reglamento Comunitario de Ecogestión y Ecoauditoría) es una normativa voluntaria de la Unión Europea que reconoce a aquellas organizaciones que han implantado un Sistema de Gestión Medioambiental y adquieren un compromiso de mejora continua, verificado mediante auditorías independientes. Las organizaciones reconocidas con el EMAS tienen una política medioambiental definida y dan cuenta periódicamente del funcionamiento de dicho sistema a través de una declaración medioambiental verificada por organismos independientes.