Heridas del guardia / AUGC

El suceso se produjo el pasado lunes, cuando la Guardia Civil acudió al domicilio de la familia, en Nerja (Málaga), para intervenir en la posible agresión. Uno de los agentes resultó herido al intentar reducirlo. 

No era la primera vez que mediaban en un episodio con el individuo, al que ya conocían de otras situaciones. El joven, reincidente, precisa de medicación y suele manifestar actitudes violentas. Al acudir al domicilio, los agentes intentaron calmar al joven. Por desgracia, su actitud se volvió mucho más agresiva, requiriendo de la intervención de los agentes.

En el proceso, uno de ellos recibió un mordisco mientras conseguían reducir y esposarlo, recibiendo heridas en la mano que han provocado la baja del guardia. A pesar de llevar guantes de protección, destinados a no recibir cortes, no fueron suficientes para evitar un ataque que le produjo desgarros en sus dedos, llegando a perder tejido de una de las falanges y hasta sufrir una fisura en uno de los huesos.

El agente sufrió heridas que le mantienen de baja, pese a que llevaba puestos los guantes de protección para no recibir cortes que distribuye el Ministerio de Interior a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad. Pese a ello, le produjo desgarros en sus dedos y, en uno de ellos, llegó a perder parte de la carne de la falange. Además, por culpa del bocado, tuvo una fisura en el hueso.

La Asociación Unificada de la Guardia Civil en Málaga enviará al agente como acusación contra el individuo, cuyo historial le hizo estar internado en un centro, debido a problemas mentales. El aviso de sus padres por posible agresión , por desgracia, no fue el primero, llegando incluso a amenazarles con un cuchillo en una ocasión.