La entidad de consumidores considera que la falta de iniciativa reguladora “demuestra una vez más como el Ejecutivo claudica ante los deseos de la banca”.
La asociación de consumidores Facua ha criticado hoy, a través de un comunicado, la “pasividad” del Gobierno ante el “alarmante incremento de las reclamaciones en el sector bancario” desde el inicio de la crisis. La memoria publicada por el Servicio de Reclamaciones del Banco de España recoge que durante 2010 se presentaron 14.760 reclamaciones y quejas, un 157% más que en 2007.
La asociación considera que “la falta de iniciativa reguladora ante el incremento de abusos y fraudes en el sector demuestra una vez más como el Gobierno claudica ante los deseos de la banca en vez de garantizar los derechos de los consumidores”.
“Un ejemplo de ello es la forma en la que el Gobierno ha tenido que regular la transparencia y protección al consumidor de servicios financieros, tras ser amonestado por la Unión Europea. El informe elaborado por la UE muestra a España como el país con menor transparencia bancaria después de Italia”, recuerda Facua.
Para los consumidores, esta opacidad implica que no se sepa lo que están pagando, puedan comparar ofertas o rescindan sus contratos si no están de acuerdo.
Asimismo, Facua critica que los servicios de atención al cliente del sector bancario y financiero continúan pendientes de ser regulados, al quedar fuera de la Orden de transparencia y protección del cliente de servicios financieros así como de la Ley de servicios de atención al cliente.
Durante el primer semestre de 2011, los servicios bancarios han originado el 8,4% de las denuncias tramitadas por FACUA, siendo así el tercer sector más reclamado en la asociación después de telecomunicaciones y sector aéreo.
Entre los principales motivos destacan las irregularidades en las cláusulas de préstamos, tanto hipotecarios como al consumo. También se registraron numerosas reclamaciones por el cobro de comisiones, especialmente las relacionadas con cuentas que se quedan en descubierto, y falta de información esencial al contratar productos financieros.