El Centro de Estudios Andaluces publica una investigación sobre las dificultades que encuentra la juventud con menos recursos para su integración activa en la sociedad.

Los jóvenes andaluces con menos recursos que desarrollan prácticas cívicas y están implicados en contextos participativos cuentan con mayores posibilidades y competencias que les facilitan procesos más exitosos de transición a la vida adulta y de integración social. Así se desprende de un informe publicado por el Centro de Estudios Andaluces, fundación adscrita a la Consejería de la Presidencia, dentro de su colección ‘Actualidad’.

El estudio, titulado ‘La construcción del sujeto político entre los jóvenes en riesgo’, ha sido realizado por investigadores de la UNED y la Universidad Complutense de Madrid a partir de entrevistas biográficas y grupos de discusión en los que han participado jóvenes de las provincias de Almería, Cádiz y Sevilla. El perfil de los entrevistados se sitúa en edades entre los 20 y los 29 años, con niveles educativos medio-bajo, tempranas experiencias de abandono escolar, dificultades de inserción laboral y estabilización profesional y problemas de emancipación familiar. A estas variables, se suman otras como el género, su pertenencia al hábitat rural o urbano, las posibles cargas familiares y el grado de activismo e implicación social.

Según los investigadores, entre estos jóvenes predomina, en general, un sujeto político individualizado, con escaso poder y capacidad de intervención colectiva, un sentimiento de desafección y desconfianza generalizada hacia el discurso político, así como una percepción pragmática del Estado, de ciudadano-cliente. El estudio determina que las constantes que les definen generacionalmente son el individualismo, la ‘auto-responsabilidad’ y la precariedad vital, así como la inseguridad, la incertidumbre y la falta de motivación.

Entre los principales problemas que les afectan, destacan, en primer lugar, los asociados a la crisis económica, especialmente los referidos a la precariedad laboral, y en segundo lugar, aquellos que impiden su autonomía, como el trabajo, la emancipación y la vivienda. El informe también señala que los jóvenes inmigrantes demuestran percepciones parecidas a la población autóctona, aunque encuentran mayores dificultades y desventajas de progreso derivadas de su posición de extranjero.

Sin embargo, los jóvenes entrevistados también perciben que la acción colectiva puede ser la única posibilidad real de contribuir a solucionar problemas concretos. De esta forma, los investigadores concluyen que aquellos jóvenes que se implican de una forma u otra en la vida colectiva muestran una mayor capacidad de decisión y de acción y que el desarrollo de prácticas participativas se revela como un factor importante que les ayuda a superar y gestionar su posición de desventaja.

Este estudio se enmarca en una corriente que prolifera en la actualidad sobre estudios que analizan los problemas que encuentran los jóvenes a la hora de satisfacer con éxito sus proyectos de vida e integrarse en la vida adulta, relacionados fundamentalmente con las dificultades para incorporarse a la vida laboral o acceder a la vivienda y emanciparse. Sin embargo, se trata de una de las escasas investigaciones en las que se incide sobre sus problemas de integración como miembros activos de la sociedad en la que viven.

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Licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla, empezó en la comunicación local y actualmente trabaja para laSexta. Máster en Gestión Estratégica e Innovación en Comunicación, es miembro...