Dueño de la finca del pozo donde cayó Julen. / Canal Sur

Los abogados de David Serrano, dueño de la finca donde se encontraba el pozo por el que cayó Julen, afirmaron que la culpa del suceso fue del pocero, por no cerrarlo. El dueño de la finca puso dos bloques grandes de hormigón para tapar el agujero el día que el pequeño cayó al pozo.

Los letrados sostienen que la culpabilidad del suceso no cae sobre el propietario del terreno. Serrano colocó dos bloques de hormigón «en previsión de alguna caída o de un esguince». Según su letrado, «no se percibió de alguna inestabilidad de los dos bloques de hormigón», pero «la zona no era plana y había inclinación y se pudo haber movido».

Su mujer, la prima de la madre de Julen, declaró que compró las tierras como proyecto de vida y patrimonio para sus hijas. «Eran 4.500 metros cuadrados de olivar que están en cuesta y por eso hice un pequeño llano con la ayuda de un amigo mío que tiene una máquina”, explicó.

La idea del dueño de la finca era aprovechar esos terrenos para realizar una plantación de aguacates, «el problema es que es una fruta que necesita mucha agua y busqué una empresa para construir un pozo. No tenía ningún permiso pero el pocero me dijo que se encargaba de todo», explicó Serrano.

El día del suceso colocó dos bloques de hormigón tapando el pozo y indicó a todos de que estaba allí. Por lo que Julen, según su relato, cayó entre los dos bloques de hormigón.