Una abuela rumana y su nieta ciega viven de okupas en esta casa, sin luz ni agua

“Nos cortaron el agua de la fuente”, dijo ella. “Será por la sequía” – contesté yo. “No, fuimos a preguntar al ayuntamiento y nos dijeron que habían cortado el agua de la fuente para que nos marcháramos. Sabes tú, sin agua no se puede vivir; se puede sin luz, pero no sin agua” – y añadió: “Ya llevamos dos semanas sin agua”. Cuesta imaginar vivir dos semanas sin agua. Da igual que seas rumano, romano o tarteso. Dos semanas sin agua corriente no es vida. Les han cortado el agua que suministraba una fuente pública en las instalaciones de la piscina municipal, en Camas (Sevilla). Treinta y dos personas, la mayoría  niños, ahora malviven sin agua en la calle Joaquín Turina, frente a la vereda del arroyo de las Hayeras.

El arroyo también está seco, pero eso es desde hace tiempo; nace de un manantial del acuífero Aljarafe Norte, muy cerquita del dolmen de La Pastora, en Valencina de la Concepción. Una joya del patrimonio arqueológico que tenemos semiolvidada a un paso de Sevilla. La ficha informativa de la Asociación Proyecto Conoce Tus Fuentes nos da las coordenadas del manantial donde nace este arroyo. Es una web que alberga el primer catálogo participativo online de manantiales y fuentes de Andalucía. Por el momento, hay 12.990 lugares inventariados, el 30% en la provincia de Jaén; le sigue Granada, Málaga, Cádiz y Córdoba.

Pues bien, en lo referente al arroyo de las Hayeras, la ficha informativa recoge que el cauce circula por una hondonada rodeada de olivares hasta que es soterrado bajo el municipio de Camas. Su caudal se ha visto muy reducido debido a que una parte importante se pierde por el alcantarillado del pueblo y las acequias de regadío. Luego sale a la superficie, cerca de la SE-30 y es encauzado artificialmente hasta su desembocadura en el río Guadalquivir, el “gran río” que llamaban los musulmanes (al-wadi al-Kabir). En el blog de la Asociación Sevilla+Verde, una iniciativa ciudadana que intentaba reforestar el tramo final del encauzamiento de este arroyo, subrayan que el arroyo corre paralelo a la vía verde de Camas para dotarlo de vegetación de ribera plantando estaquillas de sauces, álamos y olmos. Asimismo, se recalca que tras pasar el municipio de Camas, el arroyo recibe aguas contaminadas. Es decir, el cauce baja seco por la cornisa del Aljarafe, es soterrado a su paso por el municipio y cuando sale a la superficie, se ha obrado el milagro: el cauce tiene agua pero está contaminada.

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Encauzamiento del arroyo de las Hayeras antes de su desembocadura en el Guadalquivir

El milagro se llama Estación de Bombeo de Aguas Pluviales y Residuales, concretamente, EBAPR-El Muro (E-3048) según la nomenclatura de EMASESA. Esta empresa metropolitana gestiona el ciclo integral del agua en Sevilla y otros tantos municipios aledaños al río Guadalquivir: les proporciona agua potable y saneamiento de sus aguas residuales. Gestionan, dice la página web de EMASESA, “con la concepción del agua como derecho humano”. Ojalá que en el Ayuntamiento de Camas pensaran igual que sus vecinos de la colina del Carambolo (otro lugar mítico tarteso), desde donde EMASESA les provee de agua potable gracias a una Estación de Tratamiento de Aguas Potables (ETAP) capaz de tratar 10 m3 de agua por segundo. EMASESA cuenta con numerosas EBAPR (a las que suelen referirse eufemísticamente como EBAP: Estación de Bombeo de Aguas Pluviales, a secas, sin la coletilla de aguas residuales). Sin embargo, en una red de saneamiento unitaria no es posible evitar que los aliviaderos desagüen una mezcla de parte de las aguas residuales que circulan por las alcantarillas bajo nuestras calles, junto con aguas pluviales que se cuelan hacia esas mismas alcantarillas por los husillos durante las lluvias.  

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Mediante la EBAPR-El Muro (E-3048), EMASESA eleva las aguas residuales por encima del Muro de Defensa del Guadalquivir para dirigirlas hasta la depuradora, a la vez que usa el arroyo de las Hayeras como aliviadero.

Eso es un hecho que hemos podido corroborar el pasado diciembre en la desembocadura de ese mismo arroyo durante los fuertes episodios de lluvias gracias al proyecto TransDMA. Algunos aliviaderos vierten al “gran río” mientras que otros desagüan en sus afluentes, cuyos caudales son tan exiguos, incluso durante períodos muy lluviosos, que la presencia de aguas residuales urbanas sin tratar, por pequeño volumen que sea, es suficiente para diezmar la vida en esos cauces. Sin agua no hay vida y con agua contaminada la vida se hace miserable. Y si la poca agua que hay encima está muy contaminada, el resultado es lo que todos sabemos: una porquería.

Por cierto, el arroyo de las Hayeras no existe en el inventario de masas de agua del Proyecto del Plan Hidrológico de la demarcación hidrográfica del Guadalquivir (2022-2027). De existir, este organismo responsable de la administración, explotación y gestión de los recursos hídricos de la cuenca del Guadalquivir tendría que estimar su caudalillo y conocer mínimamente la calidad del agua de este arroyo  ¿Qué es un arroyo más o un arroyo menos en una cuenca de 57.527 km2? Una gran cuenca que se extiende por 12 provincias pertenecientes a cuatro comunidades autónomas, de las que Andalucía representa más del 90% de la superficie de la demarcación. Este inventario recoge, al menos, la masa de agua subterránea que nutre a éste y otros muchos arroyos intermitentes: “Aljarafe Norte”, código ES050MSBT000055001; esta masa de agua subterránea es descrita como un acuífero poroso de baja productividad con mala calidad química del agua (páginas 241-244 del Anejo nº 2, Apéndice 1.2 de dicho Plan Hidrológico).

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Sevilla desde Camas.

A menudo se ignora la existencia de nuestros cauces, pero los usamos. No sólo los usamos hasta el abuso, sino que hay ayuntamientos que utilizan el agua como arma para quitarse un problema social de encima, o mejor dicho, para pasarle el problema a otro ¡Qué listos son! Sin embargo, los problemas sociales, como ocurre con el agua, fluyen de forma continua sin entender de fronteras ni competencias administrativas. El agua que ensuciamos en Sevilla fluye hasta el mar, contamina nuestras playas, asfixia nuestras marismas y colapsa los recursos pesqueros. Hasta que nos quedemos sin langostinos en Sanlúcar de Barrameda. Me pregunto si entonces diremos: “¡Qué listos somos, no tenemos agua contaminada en Sevilla! No nos autoengañemos: no existen barreras para los recursos naturales que circulan en una misma unidad funcional hidrológica, ni entre el medio terrestre y el acuático, ni entre las aguas marinas internas y externas. Por eso necesitamos una gestión integrada de nuestros recursos hídricos (… eso y dejar de pasarle la patata caliente al vecino de aguas abajo, o lo que es lo mismo, a la administración siguiente en la cadena de mando).

Profesora Titular de Ecología, Dep. Biología Vegetal y Ecología (Universidad de Sevilla) y colaborada en el proyecto TRANSDMA. "Proyecto de la Universidad Pablo de Olavide financiado por la Consejería...