Este mediodía se inaugura el cuarto y último tramo, de siete kilómetros, que completa la vía de 24 que une la capital hispalense con la localidad sevillana. Las obras de la carretera que enlaza Sevilla, Dos Hermanas, Utrera y Alcalá comenzaron en 1990 y debían haberse concluido para la Exposición Universal del 92. La Junta ha construido a un ritmo de poco más de un kilómetro por año.

Antonio Campos/Agencias. Este mediodía se inaugura, al fin, el último tramo de la autovía A-376 Sevilla-Utrera, y lo hace veinte años después de que se licitase uno de los proyectos estrella con que se contaba para la inauguración de la Exposición Universal de 1992. De esta forma, se pone el punto y aparte –puesto que aún se trabaja en los márgenes de la vía- a más de dos años de trabajo, con la puesta en servicio de los últimos siete kilómetros de carretera.
Así, será a las 12.30 horas de hoy cuando el consejero de Obras Públicas y Transportes de la Junta de Andalucía, Luis García Garrido, junto con los alcaldes de Utrera y Alcalá de Guadaíra, Francisco Jiménez Morales (PA) y Antonio Gutiérrez Limones (PASOE), respectivamente, procedan a abrir al tráfico el último de los tramos que enlaza Utrera con el cruce de la autovía con la carretera autonómica A-8029. Un acto con ausencias destacadas, como las del presidente de la Junta, Manuel Chaves, y el Vicepresidente primero y consejero de la Presidencia, Gaspar Zarrías, que no se prevé acudan a la inauguración.
El cuarto y último de los tramos ha sido ejecutado por la constructora Azvi a partir de un presupuesto de 13,8 millones de euros. Supone la puesta en servicio de una calzada de siete kilómetros de longitud con cuatro carriles de 3,5 metros de ancho y enlaces de acceso a la Estación de Don Rodrigo, la urbanización El Comodoro y el sector norte de Utrera, además de varias vías de servicio para las fincas colindantes. Asimismo, estas obras han incluido intervenciones de integración paisajística y protección ambiental. Así, se ha procedido a la revegetación de los taludes con especies autóctonas y al tratamiento de las cunetas para evitar posibles daños a la fauna.

16 años de retrasos

Los 24 kilómetros que separan la capital andaluza y la localidad utrerana empezaron a unirse mediante autovía en 1990, cuando comenzaron las actuaciones en un primer tramo del que, para lo que fue concebida, esto es, la Expo de Sevilla del 92, sólo pudieron inaugurarse los ocho kilómetros existentes entre la hispalense y el cruce con la carretera de Alcalá de Guadaíra, conectando la capital con Montequinto, y dando acceso, así, a la Universidad Pablo de Olavide.

No obstante, cabe recordar que la puesta en servicio de esta nueva autovía es una reclamación de los términos municipales más poblados, como Alcalá de Guadaíra y Utrera, además de Dos Hermanas y Sevilla. Así, lo que se persigue es vertebrar el área metropolitana en el poblado sector que acoge la UPO, los barrios nazarenos de Montequinto y Condequinto, y la localidad alcalareña, con su tejido industrial.

El último de los tramos se inauguró hace hoy más de tres años, en octubre de 2005, cuando la entonces consejera de Obras Públicas y Transportes, Concepción Gutiérrez del Castillo, completó la apertura al tráfico de un recorrido de hasta 17 kilómetros en el marco de este proyecto.

En los últimos 18 años, el Gobierno andaluz ha destinado a este proyecto un presupuesto superior a los 60 millones de euros si se suman los cuatro tramos licitados y ya construidos.

«Un retraso bochornoso»

La oposición popular ya ha calificado de “bochornoso” el “retraso” de 18 años para la construcción de los 24 kilómetros de la Autovía Sevilla-Utrera. Además, el PP critica el “aislamiento” al que se ha “condenado” a más de 150 familias de la urbanización Los Granadillos, que aseguran verse afectados por graves defectos estructurales de las obras de la vía.

Así, la parlamentaria andaluza Dolores Calderón asegura que estas familias se enfrentan a un “desastre” al no preverse en la construcción de la autovía “un acceso directo a la urbanización y solo pueden acceder a través de un puente subterráneo que supone un peligro para todos los habitantes de esta urbanización, puesto que se encuentra en un estado lamentable, sin señalización, sin luz y que se inunda cada vez que llueve, por lo que los vecinos tienen que desviarse seis kilómetros para acceder a la autovía”.

Pero, además, el PP señala que esta incomunicación también la padecen en el transporte público, que, como denuncian, se ha eliminado con la puesta en marcha de esta autovía sin que se haya previsto ninguna alternativa, “por lo que los cerca de 400 habitantes no pueden desplazarse sin que tengan un coche para poder hacerlo”.

La parlamentaria popular aseguró que la autovía Sevilla-Utrera “no sólo llega con 18 años de retraso y con un coste desproporcionado, sino que parece que, además, aún les ha faltado algún tiempo para terminarlo porque mañana lo que va a inaugurar el consejero es una verdadera autovía de la chapuza”. El PP ya ha anunciado que presentará una iniciativa parlamentaria a este respecto.
 
La autovía cuenta con una mediana de diez metros, contemplándose una posible incorporación de una plataforma de transporte público en función del volumen final de tráfico que acabe soportando la A-376. Y es que, en los últimos tres años, el número de vehículos que circulan por la vía se ha incrementado más del doble, rozando la cifra de los cien mil a día de hoy, según datos de la Junta de Andalucía. Es más, se estima que el volumen diario de automóviles y motocicletas que circulan entre Sevilla y Utrera sobrepasa la cifra de 20.000.

Es por ello que la Consejería ha optado por ampliar los dos carriles por cada sentido que tiene esta vía en los primeros kilómetros de la autovía para aliviar el tráfico en horas punta, pasando a tener cuatro por cada sentido hasta el kilómetro 1,3.

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Licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla, empezó en la comunicación local y actualmente trabaja para laSexta. Máster en Gestión Estratégica e Innovación en Comunicación, es miembro...