Cementerio Gines
Cementerio Gines / Ayto. Gines

El pasado 1 de octubre comenzó en una fosa común del cementerio municipal San José de Gines la exhumación de los restos de dos mujeres, Josefa Morón Sánchez y Pilar Expósito Fernández, asesinadas durante el golpe de estado del 36. Se trata de la primera excavación que se lleva a cabo en la localidad desde la Guerra Civil y la realizarán los miembros del equipo que está excavando en el cementerio de Sevilla la fosa de Pico Reja, dirigido por el arqueólogo y antropólogo forense Juan Manuel Guijo.

Josefa Morón era conocida en Umbrete como «Pepa la de los cinco duros» y tenía 47 años cuando la mataron. Era la mayor de nueve hermanos, estaba casada y no tenía hijos, aunque se encargaba de la crianza de su sobrina. Pepa regentaba una pequeña tienda situada en la Carrera, cerca de la antigua carbonería. Sabía leer y escribir y era una mujer preocupada por los problemas sociales.

Cuando llegó la Republica los sindicatos y algunos partidos de izquierda lanzaron una campaña para recaudar dinero destinado a las familias de los capitanes Galán y Hernández, que habían sido fusilados en los estertores de la Monarquía por el levantamiento de Jaca. Esa campaña incluía entre otras cosas la venta de caramelos con las fotos de los dos militares. Se vendían en muchos sitios y entre ellos en la tienda de Pepa. Ella no tenía ninguna relevancia política ni pertenecía a ningún partido, que se sepa.

Josefa Morón era conocida como «Pepa la de los cinco duros» y tenía 47 años cuando la mataron

Se conoce que un grupo de falangistas entró en su casa, en una fecha indeterminada de agosto de 1936, y se la llevó por la fuerza a la cárcel del ayuntamiento de Umbrete. Allí se encontró con Pilar, a la que habían encerrado siguiendo el mismo procedimiento.

Pilar, conocida en el pueblo como «la de María López», era una joven de 24 años, estaba soltera y trabajaba en el campo ocasionalmente. La joven vivía en una corrala, en cuyo patio a veces celebraban actos los partidos de izquierdas. A pesar de ello, solo Pilar fue detenida y no se conoce que ningún otro vecino de la corrala fuese represaliado por ese mismo motivo. Su madre, buscando su liberación, pidió la intercesión de algunos de los terratenientes del pueblo para los que Pilar había trabajado, pero ninguno quiso ayudarla.

Pilar Expósito, «la de María López», era una joven de 24 años, estaba soltera y vivía en una corrala

Un grupo de falangistas y paramilitares sacaron a Pepa y a Pilar de la cárcel del ayuntamiento de Umbrete y las llevaron a Espartinas. Se sabe que la comitiva hizo una parada en la venta Barrera, hoy desaparecida, pero que en aquella época se localizaba en el camino que va desde Espartinas a Gines, cerca del río Pudio. A continuación, las llevaron hasta una zona de Gines llamada “La Calera” donde las asesinaron, probablemente después de vejarlas y torturarlas, puesto que los testigos oyeron gritos e insultos en la noche.

La Guardia Civil y el párroco, presuntamente implicados

Se presume que, en la desaparición de los cadáveres, intervino activamente la Guardia Civil de Gines, cuyo comandante fue colaborador de los golpistas. También la gestora del Ayuntamiento, de quien dependía el cementerio, y al menos estuvo al tanto el párroco, que controlaba los enterramientos. Este, conocido como «el cura viejo», era tildado por muchos como «borracho, salaz y jugador» y «uno de los fascistas del pueblo con pistola bajo la sotana».

Del entierro clandestino en la fosa común de Gines de los cuerpos de Pepa y Pilar se conocen los detalles, ya que la Guardia Civil obligó a varios vecinos a participar activamente en el mismo. Uno de ellos, Rogelio Pérez Rodríguez, contó los detalles antes de que fuera asesinado ese mismo otoño en la tapia del cementerio. Asimismo, y gracias a otros testimonios orales, también se conoce del lugar donde se localizan las tumbas en el cementerio.

La Guardia Civil obligó a los vecinos, que estaban tomando el aire nocturno a las puertas de sus casas, a meterse dentro y cerrar las viviendas. Tras ello, se dirigieron a los domicilios de tres vecinos de la localidad: Teodoro, que era propietario de un camión; Juan Antonio, y Rogelio. A Teodoro le obligaron a ir con el camión a la zona donde estaban los cadáveres de las dos mujeres y a Rogelio y a Juan Antonio a cargarlos en el vehículo, a cavar una fosa y a enterrarlos durante la noche en el cementerio municipal.

En su testimonio, Rogelio describió el lugar donde estaban sepultadas y dijo que había colocado el pañuelo que llevaba en la chaqueta en la cara de una de ellas, para que no le entrara directamente la tierra. Él era un destajista y también se dedicaba a la venta de tierras y ganado. Tras el entierro permaneció varios días en la cama en estado de shock.

Fosa común del cementerio de Gines

Desde hace varios años familiares vivos de Rogelio han investigado y hecho gestiones sobre estos sucesos, apoyados por la Asociación Nuestra Memoria, la Asamblea de familiares víctimas del franquismo y las asociaciones de Memoria Histórica de la Plaza de la Gavidia.

A principios de Julio de 2018 se presentó la documentación completa a la Administración autonómica, en cuyos cajones permaneció durante tres años más. A mediados de febrero del año en curso, el ministerio de la Presidencia, a través de la Federación Española de Municipios y Provincias, resolvió aprobar una subvención para buscar en el la fosa común del cementerio de Gines los restos de las dos mujeres asesinadas y enterradas furtivamente.

Vencidas las trabas burocráticas y los silencios con los que algunas administraciones han rodeado estos sucesos, ha llegado al momento, 85 años después de los asesinatos, de buscar los cadáveres de Pepa y Pilar. Eso es lo que el equipo forense hará este fin de semana en la fosa común del cementerio de Gines. Esta previsto que la excavación se complete en un máximo de dos días