Los hechos tuvieron lugar hace más de dos años, el 14 de febrero de 2007. El presunto asesino asestó varias puñaladas a una joven de 31 años de edad que, horas más tarde fallecía en el Hospital de Valme. No era la primera vez que la víctima sufría malos tratos a manos del detenido. Ahora la fiscalía pide 30 de prisión para el agresor.

Sevilla Actualidad/Agencias. Han pasado más de dos años, y es ahora cuando la justicia se plantea castigar al presunto asesino. La Fiscalía de Sevilla pedirá el miércoles una pena de 30 años de prisión para un hombre acusado de acabar con la vida de su ex compañera sentimental tras apuñalarla en varias ocasiones en la avenida Salud Gutiérrez, en el barrio de Rabesa, de Alcalá de Guadaíra el 14 de febrero de 2007.

La víctima, que tenía un hijo de nueve años de una relación anterior, fue trasladada por el 061 a Urgencias del Hospital de Valme tras sufrir una brutal agresión en plena calle, donde su ex pareja le asestó varias puñaladas en el cuello, tórax y extremidades. Tras ser intervenida quirúrgicamente y trasladada a la unidad de cuidados intensivos, la joven falleció sobre las 14:00 horas del día después del crimen, a la edad de 31 años.

El detenido, que actualmente tiene 36 años, contaba con una orden de alejamiento de 200 metros sobre la víctima el día del apuñalamiento. Incluso ese mismo día, la Policía Nacional estaba buscando a este hombre porque debía comparecer en comisaría por otros delitos, ya que el detenido cuenta con un «amplio historial de pequeños delitos».

Y es que, este caso es uno más de violencia machista. Pues el presunto asesino ya había atacado a la joven fallecida el día 30 de enero de 2007 llegando a producirle un corte en la espalda con un cuchillo. En el momento en el que el padre llegó a la vivienda, el acusado abandonó la casa a la vez que decía: «Os tengo que matar». Meses antes, concretamente el 1 de octubre de 2006, el procesado, que ya contaba con una orden de alejamiento, abordó a la víctima en su propia casa y amenazó a la joven y a su padre, si bien aquella orden quedó en suspenso en noviembre de 2006 por petición expresa de la propia perjudicada.

La mujer, que se encontraba en un quiosco cuando fue atacada, sufrió dos paradas cardiacas de las que pudo ser recuperada, una de ellas en la calle, poco después de la agresión, y otra en el momento en el que fue ingresada en el hospital. Finalmente acabaría falleciendo horas más tarde en el mencionado hospital de Valme. El agresor, que huyó en un principio, acabó entregándose voluntariamente en la comisaría de la Macarena de la capital hispalense.

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