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El municipio ya ha presentado ante la Unión Europea su proyecto para una ciudad “emprendedora, sostenible y socialmente responsable”.

La Alcalá de Guadaíra de 2020 quiere ser emprendedora, sostenible y socialmente responsable. Con ese triple propósito el Ayuntamiento ha elevado esta semana ante la Unión Europea un ambicioso proyecto cifrado en más de 21 millones de euros en el que se aglutinan las principales demandas de la ciudadanía, y que se centran sobre todo en la empleabilidad y el ahorro energético. Entre las grandes actuaciones previstas destacan el impulso turístico en las riberas del Guadaíra, la mejora de zonas desfavorecidas como Rabesa o La Liebre y la total peatonalización del centro urbano gracias a la creación de nuevos viales para la mejora del tráfico.

‘Alcalá en 2020’ es la apuesta para un nuevo marco comunitario que da prioridad a modelos de gestión donde se concibe la ciudad en su conjunto. Si los planes europeos se centraban en territorios concretos con preeminencia de las actuaciones urbaníticas, las directrices de la Unión en políticas regionales fomentan ahora cuestiones como el ahorro, la transición energética y la empleabilidad. Por ello, Alcalá ha elaborado un plan estratégico que parte del análisis y mejora de proyectos anteriores, y al que se han implementado las propuestas de los colectivos alcalareños que han tomado parte en su diseño.

La Estrategia de Desarrollo Urbano Sostenible de Alcalá contiene cuatro ejes principales que inciden en las nuevas tecnologías de la información y la comunicación; la movilidad urbana, la eficiencia energética del alumbrado y edificios públicos; la mejora del patrimonio cultural y natural de la ciudad; y la inclusión social de los enclaves más desfavorecidos.

De este modo, las líneas de intervención permitirán actuaciones que mejorarán considerablemente la calidad de vida de la ciudadanía. En este sentido se potenciará la modernización de la administración, herramientas TIC, mejora de la e-gobernanza y transparencia municipal, favoreciéndose la participación de todos los colectivos ciudadanos en los procesos de gestión pública.

Otra prioridad del proyecto apunta a la movilidad urbana. El centro de la ciudad se peatonalizará merced a la creación de nuevos viales alternativos para la circulación en un término con especiales dificultades en el tráfico por el cerro de San Miguel-El Castillo y el curso del Guadaíra. En cuanto a la eficiencia energética, la inversión se hará extensiva a los polígonos industriales del término.

En materia de medio ambiente y patrimonio, se explorarán fórmulas para el aprovechamiento turístico del casco antiguo y, sobre todo, el parque de ribera del río Guadaíra. Al respecto, el recién concluido Plan Urban ha marcado el camino de cómo aprovechar recursos endógenos como la historia y la tradición flamenca para el emprendimiento y la dinamización económica del ámbito.

El plan alcalareño para 2020 persigue asimismo un cambio positivo en la población de aquellas áreas más degradadas como Pedro Gutiérrez (próxima a la zona del Instituto), Rabesa, y barriada La Liebre, con diversas actuaciones de índole social, económica y cultural.

La propuesta de Alcalá compite en esta convocatoria europea con otros tantos municipios españoles y, en caso de ser aprobada, las primeras actuaciones se llevarían a cabo en otoño próximo. Según la agenda prevista, en primavera se darán a conocer los proyectos que finalmente serán subvencionados con fondos de la UE.