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El PSOE ha cerrado sus listas al Congreso con Gutiérrez Limones como número tres, lo que le asegura un sillón en el Congreso. Legalmente podría compatibilizar ambos cargos aunque todo indica que Limones dejará la Alcaldía, así que, ¿qué pasará ahora en Alcalá?

El alcalde socialista de Alcalá de Guadaíra, Antonio Gutiérrez Limones, a falta de ser ratificado por los órganos federales del partido, se convertirá en los próximos meses en diputado socialista en el Congreso de los Diputados.

El Comité Provincial del PSOE de Sevilla aprobó el pasado viernes las listas al Congreso por Sevilla en las que Limones aparece como número tres, un puesto que –salvo hecatombe electoral altamente improbable- le garantiza un sillón en el Congreso cuando se celebren las elecciones generales previstas para diciembre.

Aunque la ley permite ser alcalde y senador (como es el caso de Limones) e incluso alcalde y diputado en el Congreso, las órdenes internas del PSOE son otras y obligarían al regidor a renunciar a la Alcaldía de Alcalá para continuar su vida política en Madrid. Se trata de una operación en la que ha actuado de primera mano la secretaria general del PSOE andaluz y presidenta de la Junta, Susana Díaz y con la que el PSOE consigue un doble objetivo.

Por un lado, dar una digna salida a Gutiérrez Limones. Tras los resultados en las últimas elecciones (9 concejales frente a los 18 que logró en 2007) desde el PSOE se mostraron muy preocupados por la notable pérdida de apoyos al regidor, una circunstancia que ya venía produciéndose también a nivel interno, con la sangría de dimisiones que desde 2013 se sucedieron en las filas socialistas y que han influido en la pérdida de la mayoría absoluta del PSOE.

El salto al Congreso permitirá a Limones continuar, al menos, una legislatura más en la vida política activa, alejarse de los focos que le apuntan por los casos de corrupción en Alcalá en torno a la empresa ACM y, tampoco hay que olvidarlo, le garantizaría un aforamiento, que de no renovarlo como diputado, perdería el próximo mes de enero.

A la vez, permitirá una renovación (al menos en nombres) del PSOE alcalareño y la entrada de Susana Díaz en la agrupación local, controlada por Gutiérrez Limones y su equipo directo: Rafael Chacón –actual secretario general de Movilidad de la Junta- y Miriam Burgos –actual número 2 de los socialistas alcalareños-.

Renovación de nombres, no de aparato

La salida de Limones de Alcalá obligaría al PSOE a elegir un nuevo número uno. A día de hoy existen sobre la mesa dos nombres para liderar esa renovación. Una es Miriam Burgos, una mujer de plena confianza de Limones, hija de Juan Antonio Burgos, mano derecha del regidor en anteriores mandatos. Su elección permitiría que el equipo de Limones siguiera controlando el PSOE de Alcalá.

La otra candidata es Ana Isabel Jiménez, actual número 3, y mujer de confianza de Susana Díaz. Fue una de las que, siendo delegada de la agrupación alcalareña, votó a favor de Díaz en el Congreso provincial del PSOE de Sevilla, y que enfrentó a la ahora presidenta con Gutiérrez Limones. Es la candidata que más suena porque permitiría a Díaz tomar el control en las decisiones del PSOE de Alcalá, hasta ahora, fiel a las directrices de Limones. Las piezas del puzle encajan perfectamente con esta candidata teniendo presente que Susana Díaz ha supervisado en todo momento las listas aprobadas por el Comité Provincial.

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Y ahora ¿qué pasará en Alcalá?

La inclusión de Limones en las listas al Congreso, de momento, no supone más que eso: la confirmación de lo que muchos ya tenían claro en la ciudad desde hace tiempo: que prepara el salto a Madrid. Tal y como reconocen fuentes municipales, de momento, todo seguirá igual y Gutiérrez Limones seguirá en la Alcaldía de Alcalá. Será el PSOE el que vaya marcando los tiempos aunque lo previsible es que no se produzcan cambios hasta finales de este o principios del próximo año.

Pero más allá de quién será la candidata elegida que sustituiría al histórico regidor, lo cierto es que un cambio de alcalde obligaría a celebrar un nuevo Pleno y a una nueva votación. Esto, que parece baladí, supone un importante escollo para el PSOE de Alcalá, que tras las elecciones de mayo, gobierna en minoría con 9 concejales.

Enfrente tiene al PP (con 5 ediles, cuatro menos que en 2011), Alcalá Puede (con 4), Izquierda Unida- Alternativa Alcalareña (3 ediles), Partido Andalucista (2 concejales) y Ciudadanos (2 ediles). En esta tesitura, los grupos de la oposición podrían unirse y elegir un candidato de consenso que arrebate la Alcaldía al PSOE, un extremo que estuvo a punto de producirse tras las últimas elecciones.

Por entonces, todos los grupos de la oposición negociaron para desbancar a Gutiérrez Limones. Se negoció un gobierno de concentración con la figura de María Fernández (IU-AA) como alcaldesa. A última hora también se planteó la opción de Lola Aquino (PA) como candidata de consenso. Sin embargo, la falta de acuerdo interno y la decisión de la dirección provincial del PP de “no pactar con nadie” frenaron esta iniciativa.

De salir Limones de Alcalá, la situación podría repetirse. Todos los grupos de la oposición tendrían en la mano la opción de arrebatar, por segunda vez en pocos meses, al PSOE la Alcaldía de Alcalá tras 20 años y sin necesidad de presentar una moción de censura.

De no producirse esta elección de un candidato alternativo por mayoría absoluta, automáticamente seguiría gobernando la lista más votada y el PSOE seguiría gobernando y, de paso, salvaría un importante obstáculo en Alcalá.

Un PSOE salpicado por la corrupción

Alcalá de Guadaíra, junto a Dos Hermanas, son dos de los feudos socialistas por excelencia. El PSOE gobierna desde hace dos décadas en ambas localidades gracias a los apoyos conseguidos por sus candidatos, Francisco Toscano en la localidad nazarena y Antonio Gutiérrez Limones en el caso de Alcalá.

En Dos Hermanas, la fuerza socialista sigue presente, como lo demuestran los 15 concejales que le garantizaron la mayoría absoluta a Toscano. Pero en Alcalá, la situación es muy diferente. Desde 2011, los socialistas van perdiendo fuelle aunque el culmen se produjo en 2013 cuando la edil Laura Ballesteros abandonó la formación y se convirtió en concejal no adscrita quejándose de las formas políticas y el oscurantismo que rodeaba a la formación que aún lidera Gutiérrez Limones.

Uno de las grandes sombras del gobierno de Limones radica en ACM, la empresa municipal instrumental que desde 2013 está siendo investigada por la justicia por varias irregularidades, entre las que se encuentran facturas falsas, compra de viajes para el alcalde y su familia a parques temáticos o transferencias de dinero muy por encima de lo aprobado legalmente.

La ausencia de búsqueda de responsabilidades, unido a la falta de autocrítica en el Gobierno municipal provocaron que cada vez las miradas se trasladaran desde los gestores de la sociedad, al Gobierno municipal y, de ahí, a la figura del propio Gutiérrez Limones. La misma Guardia Civil aseveraba en su último informe que no sólo la cúpula, sino que también el regidor era “conocedor” de las irregularidades que se estaban cometiendo en la empresa pública.

Después de esto, las elecciones de 2015 han sido la constatación de la pérdida de apoyos del PSOE de Limones. Estos comicios no solo supusieron la pérdida de la mayoría absoluta, sino que los 9 concejales se hicieron insuficientes para garantizar un gobierno estable, máxime, cuando casi todas las fuerzas de la oposición les niegan su apoyo. Una pérdida de popularidad y respaldo interno que ha propiciado esta renovación desde arriba.

Nació en Sevilla y pronto supo que lo suyo sería la comunicación. Es licenciado en Periodismo en la Universidad de Sevilla y Máster en Marketing Digital por la Universidad de Málaga. Especialista...