Recuerda que el Defensor del Pueblo “le ha dado un tirón de orejas” al alcalde y apremia a sacarla adelante “para evitar problemas”.

El Partido Andalucista apremia al alcalde de Alcalá de Guadaíra a sacar adelante la ordenanza de veladores “que lleva más de un año paralizada ante la falta de preocupación del gobierno del PSOE y que nos ha costado ya un tirón de orejas por parte del Defensor del Pueblo Andaluz en una extensísima resolución en la que el Ayuntamiento de Alcalá sale muy mal parado”.

Así lo ha explicado el concejal andalucista Ramón Ramos, quien ha expuesto que “sería positivo para todos que el gobierno, que lleva más de un año olvidado de la ordenanza, se ponga manos a la obra y podamos sacarla adelante a la mayor brevedad posible, no sólo para dar solución a problemas concretos como el generado por esta resolución del Defensor, sino lo que es todavía más preocupante, evitar los futuros problemas que ya están empezando a surgir por la creación de instalaciones de muy distinta estética, forma y estructura en zonas del viario público para instalar veladores”.

La ordenanza de veladores se hace necesaria para regularizar la infinidad de tipologías de veladores, así como para garantizar los derechos que tienen tanto peatones como hosteleros, regulando así la mejor forma de hacer uso de los derechos de ambos colectivos, facilitando así la convivencia y evitando posibles problemas futuros.

Por todo ello, el PA ha registrado una serie de sugerencias para mejorar el borrador de la ordenanza “para intentar que el gobierno socialista se esfuerce un poco y demos cumplimiento a lo requerido por el Defensor del Pueblo Andaluz”.

Tiempo de carencia y consulta previa

Entre la batería de medidas propuestas por los andalucistas alcalareños, se encuentran el arbitraje de una consulta previa por parte de los posibles interesados respecto al número y características de veladores que podrían implantarse en un determinado lugar.

Asimismo entre las propuestas andalucistas, se encuentran incluir un plazo de dos años de carencia para la adaptación a la normativa -en lo referente a la renovación del material, para evitar grandes inversiones económicas repentinas- así como la bonificación a aquellos hosteleros que cumplan por encima de lo requerido en la propia ordenanza reguladora.