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El elemento monumental será reforzado e iluminado con una actuación integral similar a la que ha rehabilitado el Puente Carlos III.

El Ayuntamiento de Alcalá de Guadaíra ha adjudicado las obras de restauración del antiguo Arco de San Miguel, punto de acceso al arrabal del Castillo que ha quedado como paso peatonal tras la construcción de una variante por la que ya sí pueden acceder vehículos de grandes dimensiones, con el consiguiente incremento de visitas turísticas al Recinto Fortificado alcareño.

Las obras pretenden poner en valor esta parte del monumento y se enmarcan en el Plan Urban para la regeneración social, urbana y económica del casco histórico de la ciudad, cofinanciada con fondos FEDER de la Unión Europea.

El proyecto de rehabilitación del antiguo Arco, que es parte del Bien de Interés Cultural Castillo de Alcalá de Guadaíra, tiene un presupuesto de 131.000 euros y un plazo de ejecución de 4 meses. Según el teniente de alcalde responsable del Plan Urban, Rafael Chacón, la intención es que el Arco de San Miguel “recobre su aspecto originario y sea el pórtico monumental que invite a pasar caminando desde la renovada calle San Fernando a la avenida del Águila y el resto del barrio”.

Este elemento ha limitado desde siempre el paso de vehículos al Castillo, Santuario del Águila y al resto del barrio, ya que no permitía el acceso de camiones o autobuses. Desde la construcción y apertura al tráfico de la variante en la calle San Fernando, en agosto de 2013, ha quedado como acceso peatonal y será rehabilitado como ya se hizo con el antiguo Puente Carlos III sobre el río Guadaíra.

El Arco sufre diversas problemáticas y patologías que marcan las líneas maestras de la próxima intervención, a la que se sumará una parte de urbanización del entorno e iluminación monumental. Entre los problemas detectados destacan la confusa lectura debido a las roturas y adhesión de otras construcciones durante siglos recientes, disgregación de los morteros en juntas, pérdida de enlucidos superficiales, aparición de grietas en los sillares y macizado de vanos con materiales de poca calidad en los antemuros.

La reurbanización de la calle San Fernando ha cambiado por completo la entrada a San Miguel permitiendo su ensanchamiento, renovación de asfalto y acerados, saneamiento y pluviales, red eléctrica y alumbrado público, señalización y eliminación de barreras arquitectónicas. El nuevo viario que desvía el tráfico junto al antiguo Arco dispone de dos carriles de 3,25 m de ancho cada uno, acerados y hasta una parte de mirador con vistas a las riberas del Guadaíra.

A falta de un estudio en profundidad de esta estructura, que se realizará como paso previo a los trabajos de restauración, su cronología cabe enmarcarla en el periodo bajomedieval (s. XIII-XV), siendo probablemente su aspecto actual la suma de varias fases constructivas.

El antiguo Arco constituye la principal vía de entrada al arrabal que se extiende por la ladera meridional del cerro del Castillo y es consecuencia de la ampliación del poblamiento de la Villa de Alcalá extramuros al principal recinto fortificado, probablemente entre los siglos XII al XIV.

La urbanización de este espacio conllevó su fortificación, plasmada en la construcción de sendas corachas que unían la fortaleza superior con la ribera del río Guadaíra, además de un lienzo ribereño que cerraba completamente el perímetro del arrabal construido no antes del último tercio del siglo XIII.

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