Acusa de provocar “con su dejadez” la “pérdida de material arqueológico parte del patrimonio alcalareño”.
El Partido Popular de Alcalá de Guadaíra ha denunciado hoy que “se ha vulnerado la Ley de Proyección del Patrimonio de Andalucía” tras visitar “por segunda vez” las obras de la calle Herreros y alrededores de la Iglesia de Santiago. Unos trabajos que están paralizadas por el hallazgo de restos humanos arqueológicos.
De esta forma, y según ha recordado su portavoz, María del Carmen Rodríguez Hornillo, “es preceptivo pedir autorizaciones a la Delegación de Cultura a la hora de acometer obras de movimientos de tierras de las características de las ejecutadas en calle Herreros”.
“Autorizaciones en relación a procedimientos de obras y otras intervenciones en bienes inscritos en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz como Bienes de Interés Cultural con la tipología de Monumentos y Jardines Históricos así como en sus entornos, siempre que no se haya producido la delegación de competencias prevista en el artículo 40 de la Ley 14/2007, de 26 de noviembre, del Patrimonio Histórico de Andalucía”, recuerda Hornillo.
“Un proyecto de obras como las acometidas en este caso, en una zona del casco histórico de Alcalá de Guadaíra junto a edificio catalogado como bien de Interés Cultural, debería de haber contado no sólo con la autorización de la Delegación de Cultura, sino que además precisaba de una intervención preventiva arqueológica que controlara los posibles yacimientos y su clasificación, una actividad indicada para proteger los restos arqueológicos sin necesidad de paralizar los trabajos”.
“El equipo de Gutiérrez Limones, y sobre todo de la delegada responsable de Servicios Urbanos, María José Borge, ha cometido una irresponsabilidad al frente de esta obra”, denuncia, al tiempo que anuncia que su grupo pedirá explicaciones y exigirá “que alguien pague por las consecuencias”.
Según el PP, “el Gobierno socialista, acostumbrado a hacer las cosas de cualquier forma, ha provocado con su dejadez la pérdida de material arqueológico parte del patrimonio alcalareño y, además, la paralización sine die de las obras de una de las principales arterias de comunicación de la ciudad”.
Borge: “El PP se inventa un BIC”
Por su parte, el equipo de Gobierno de Alcalá de Guadaíra ha defendido su actuación respecto a los hallazgos de restos óseos humanos aparecidos en las obras de saneamiento que acomete Emasesa en la Plaza del Derribo y ha lamentado que “el PP cometa errores graves, como la invención de un BIC, una temeridad que echa por tierra sus propios planteamientos llevados por el interés de notoriedad”.
La responsable de Servicios Urbanos y portavoz del equipo de Gobierno, María José Borge, ha explicado que “se han seguido todos los protocolos exigibles con los hallazgos arqueológicos”, y ha criticado que “el PP intente seguir manchando la imagen del gobierno local, incluso tan burdamente”.
Recuerda, así, que la Iglesia de Santiago “no se halla inscrita en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz, ni es Bien de Interés Cultural, por lo que no rigen las previsiones contenidas en la Ley 14/2007 de Patrimonio Histórico de Andalucía respecto a dichos bienes ni las obras realizadas en su entorno. Esto puede comprobarse mediante una simple consulta electrónica al Catálogo, procedimiento que evidentemente no ha sido seguido antes de realizar la acusación”.
Además, añade que “el área de calle Herrero y Plaza del Derribo no presentan cautela arqueológica, por lo que no es preceptiva la realización de actividades arqueológicas en obras como las actualmente en curso.
“Asimismo, las obras han experimentado una paralización temporal completamente normal en el caso de hallazgos arqueológicos casuales, dentro del procedimiento legalmente previsto, que ha sido escrupulosamente respetado por todos los agentes intervinientes: promotora (Emasesa), constructora (Martín Casillas) y Administraciones competentes (Junta de Andalucía y Ayuntamiento de Alcalá)”.
Por todo ello, Borge asegura que dado que “toda la nota de prensa se fundamenta en la errónea identificación de la iglesia como Bien de Interés Cultural, parece obvio que nos encontramos ante un relato interesado”.