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Trabajadores de Roca votan aceptar indemnizaciones y dejar sólo a 30 empleados en Alcalá

Esta tarde expondrán la decisión de mantener la actividad de la fábrica en la última negociación antes de que expire el plazo.

Cabezas agachadas, miradas al suelo y rostros de preocupación. Era el ambiente que se respiraba durante la asamblea en la que los trabajadores de Roca analizaban la última propuesta de la empresa: indemnizaciones por 40 días por año trabajado y el mantenimiento de 30 trabajadores sin actividad industrial en la planta. La decisión era muy importante y el silencio que reinaba en la sala así lo constataba. Sólo se escuchaba las voces de los miembros del comité de huelga explicando los detalles de las negociaciones.

Conforme pasaban los minutos, la tensión se hacía más evidente. Comenzaban los murmullos y las órdenes de silencio. Los rostros reflejaban preocupación y desconcierto ante las explicaciones que se ofrecían. Las manos se empezaban a alzar: dudas, cuestiones, dilemas personales. Uno de los trabajadores preguntaba quién se haría cargo de su hipoteca al recibir el aviso del banco. Otro reclamaba empleo. Empleo. La palabra resonó en la sala abarrotada y sirvió de acicate para que surgieran múltiples voces, conversaciones en voz alta que reclamaban el empleo en la planta.

Pronto, se alcanzó el acuerdo por mayoría: los trabajadores afrontarían la última reunión negociadora del ERE -cuyo plazo expira a las 0:00 horas de esta noche- reclamando el mantenimiento del trabajo en la fábrica alcalareña. Rechazan la oferta planteada por la empresa: el objetivo es garantizar el empleo de la plantilla. Tampoco se muestran seguros de las garantías laborales que tendrán estos trabajadores en la empresa, ni el tiempo que durará su contratación.

En el patio, algunos trabajadores salían a respirar aire fresco. Ellos sí querían aceptar las indemnizaciones, las deudas les apremiaban y necesitaban el dinero. «La última nómina que hemos recibido fue la de diciembre», comentaba uno de ellos, al explicar que la huelga se prolongaba durante más de 40 días y la necesidad en algunos casos se hacía evidente. La decisión se había tomado, pero algunos reclamaban más tiempo para pensar y analizar sus consecuencias así como votaciones secretas para garantizar que cada empleado pudiera expresarse con total libertad.

Las preguntas se sucedían, algunas de ellas, se repetían. No conocen qué va a ocurrir en las próximas horas pero los representantes del comité de empresa acuden a Madrid con una consigna obvia: Roca no se cierra, el mismo lema que se puede ver a las puertas de la factoría de Alcalá de Guadaíra. Al mismo tiempo, anuncian acciones legales contra la dirección de Roca y aseguran que continuarán con las movilizaciones y la búsqueda de respaldos. «Ahora más que nunca es cuando necesitamos apoyos de verdad», explicaban.

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