Desde la cesión del Castillo al Ayuntamiento de Alcalá hace dos años, la fortaleza está comenzando a vivir un pequeño renacer. Por el momento son obras de no muy grandes dimensiones pero que se han sucedido en el tiempo, por lo que el Castillo no ha parado de vivir reformas y transformaciones que buscan realzar el valor histórico que tiene.

Christopher Rivas/Ángel Espínola. Se cumplen dos años de la cesión de la fortaleza almohade más grande de Andalucía. Siempre estuvo en Alcalá de Guadaíra, pero no siempre fue suya. Hasta hace 24 meses era propiedad del Ayuntamiento de Sevilla, más que por razón de ser, por una trayectoria histórica, proveniente del Concejo de Sevilla.

Desde hace años la fortaleza estaba cedida (el contrato era de 40 años) al Ayuntamiento de Alcalá, pero el Consitorio panadero quería la propiedad de la fortaleza, y el hispalense no podía, ni tenía interés alguno, en mantener en óptimo estado de conservación las ruinas de la emblemática fortaleza que siglos atrás habían defendido las calles de Sevilla desde el exterior.

Ahora una vez cedido para siempre, parece que el Ayuntamiento de Alcalá ha volcado su interés en retomar el Castillo de Alcalá como un exponente único en el municipio. Dar vida al barrio, enfocarlo al turismo, ofrecer servicios y mostrar la mejor cara.

A esto se suma el plan turístico ‘Riberas del Guadaíra’ que aunque con más años de retraso que de ejecución, sigue adelantes, y el Plan Urban, del que tras su concesión sigue sin saberse nada, pero que tiene más de 14 millones de euros para la regeneración del barrio del Castillo, San Miguel y Las Corachas, todo en la zona centro. De este proyecto sin duda, el mejor termómetro será la fortaleza medieval.

Lleva años sufriendo actos vandálicos, dejadez municipal y también vecinal. Mientras durante años, han sido muchos los alcalareños que veían día a día como el mayor baluarte del patrimonio local, mostraba  su peor cara a propios y extraños. Pero por suerte, todo parece cambiar ahora.

Son casi dos millones de euros los que se están invirtiendo en el Castillo, y en este caso todas las administraciones (Estado, Junta y Ayuntamiento). Así, todos a una, pretenden realzar el Castillo de Alcalá y devolverle el esplendor que posiblemente nunca tuvo, pero que sin duda va encaminado a recuperar en pocos años. Ahora sí, dicen desde el Ayuntamiento de Alcalá.

El comienzo es tenue, pero no por ello menos simbólico. Todo empieza por devolverle sus orígenes a los restos y expulsar al vehículo privado del entorno. Para ello se están concluyendo los trabajos de urbanización del acceso por la avenida del Águila. Además, se ha repavimentado la calzada y se ha dotado de acerado y parterres al entorno de la Puerta Real.

Junto a esta, otra obra de poco calado visual, pero de gran valor histórico (por lo referencial de su uso) es la recuperación del foso. Durante estas intervenciones se ha regenerado el foso del Castillo, incluyendo la preinstalación de saneamiento y alumbrado de cara a los futuros usos de este espacio. Así se remarca un poco más, donde está el acceso y se trata de ennoblecer la situación actual del los restos.

La Puerta de San Miguel, es decir, la puerta que da acceso real al recinto amurallado se ha realzado. Y es que en la actualidad, el visitante no es consciente de cuando está dentro de la fortaleza. Esto es así porque hace varias décadas se eliminó parte de la muralla que daba acceso al recinto, por mor de facilitar el acceso de los vehículos a la explanada superior, donde antaño se celebrara la Feria de Alcalá.

El equipo de arqueólogos, que con mimo lleva años trabajando en el Castillo ha tratado de realzar los cimientos de esta puerta para que, al menos quede constancia visual del acceso original al Castillo. Así el visitante tomará consciencia de las verdaderas dimensiones de una fortaleza almohade.

La más grande de Andalucía. Según el arqueólogo municipal Enrique Domínguez, “se ha restaurado completamente al acceso original”. Lo que supone recuperar el paso peatonal hacia la explanada de Santa María, y evitar el deterioro de la calzada por el uso de los transeúntes.

Especialmente destacable entre los cambios que cualquier ciudadano podrá observar en su visita al Castillo, es la construcción de una rotonda frente a la Puerta Real, que facilitará el tránsito de vehículos procedentes del barrio de San Miguel, ya que hasta ahora, los vehículos giraban en medio de una pequeña explanada y aparcaban, todo esto en una zona que ahora ha recuperado el foso, el acerado y un pequeño paseo.

Esto es así porque se ha podido recuperar el trazado completo del muro que protegía la misma puerta en el siglo XV. “Este muro ha sido recuperado a fin de poder explicar la zona de acceso al Castillo, acompañando la actuación con la instalación de varios bancos junto al borde del foso”, explica Domínguez.

Estudiar y restaurar

Vista del Patio de la Sima, desde las murallas de entrepatios. Al fondo se aprecian los baños andalusíes. A la izquierda, enterrada queda la Sima
Pero antes de restaurar, primero hay que estudiar. Y eso  es lo que se ha venido haciendo hasta el mes de mayo en el Patio de la Sima. Este patio, que toma nombre de la enorme sima o pozo que tiene en su interior. Será precisamente el de la Sima, el lugar que acoja los próximos trabajos de restauración.

Es aquí donde se han hallado una residencia de los siglos XV–XVI en torno a un patio porticado y un baño andalusí del siglo XII que se encontraron en el año 1999, durante la construcción de una fracasado auditorio, que emprendió el Ayuntamiento de Limones sin mayor estudio previo.

Este último es un edificio singular, puesto que se conocen muy pocos ejemplos de baños andalusíes en Andalucía. Durante las excavaciones finalizadas el mes pasado, se ha podido completar su excavación, descubriendo tanto el área de la sauna como el corredor de acceso al edificio.

También se ha podido excavar toda la zona baja del Patio de la Sima, descubriendo cómo desde el siglo XV este espacio se utilizó como zona abierta, vinculada posiblemente a la extracción de agua del gran pozo que da nombre al Patio.
 
Actualmente siguen los trabajos de investigación arqueológica, centrados en la zona del Alcázar Real. Además el Ayuntamiento está previsto sacar a  licitación «en los próximos meses» la restauración del frente norte del Patio de los Silos, colateral al de la Sima, de mayor tamaño y rodeado de torres. Es precisamente el lado norte el que se encuentra en peor estado, y algunas de sus torres requieren de una intervención urgente.

Además el Consistorio ha anunciado que licitará también la restauración completa del Patio de la Sima con vistas a completar el paseo de ronda entre las torres y murallas que rodean ambos patios, con vistas a poder ofrecer un recorrido turístico de elevado interés.

La fortaleza  alcalareña era conocida como alcazaba de Yabir durante la época almohade, antes de que la fortificación fuera entregada al emir nazarí al-Ahmar, quien a su vez lo cedió a Fernando III en el marco de su relación de vasallaje.

En el siglo XV, el marqués de Cádiz se apoderó de la alcazaba y construyó el pequeño alcázar ubicado en la zona oeste del recinto. Con el tiempo, pasó a manos de la Corona, que la convirtió en cárcel real hasta que en el siglo XVI decayó su influencia para luego recuperar su función militar durante la guerra de la Independencia.

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Licenciado en Periodismo y Máster en Sociedad, Administración y Política, puso en marcha el 'Proyecto Deguadaíra', germen de Sevilla Actualidad. Ha pasado por El Correo de Andalucía, Radio Sevilla-Cadena...