Para el Partido Andalucista, Limones es un experto en el maquiavelismo político y en el uso partidista y personal de todos los recursos públicos. “Si durante el mes de abril se ha estado llamando por teléfono a los alcalareños desde el Ayuntamiento con la evasiva de preguntarle si conoce el auditorio o la biblioteca, ahora le toca el turno al Centro de Emergencias, un edificio inacabado que se usa con el pretexto de presentar unos nuevos bomberos solo con el objetivo de hacerse la foto delante de él”.
Así de tajante se ha expresado esta mañana Francisco Rubio, portavoz andalucista en el Ayuntamiento, que por estos motivos ha declinado la invitación del alcalde para ir hoy al Centro de Emergencias. “Llevamos meses solicitando visitar el nuevo edificio obteniendo la callada por respuesta y ahora nos invitan para que actuemos de palmeros”.
Francisco Rubio, que no ha querido dejar pasar la oportunidad de felicitar a los nuevos bomberos deseándoles que desempeñen sus funciones en las mejores condiciones posibles, tampoco ha querido olvidar que “estamos en fecha preelectorales y que la nueva ley es tajante en materia de inauguraciones o presentaciones: no se pueden hacer, y que la artimaña del alcalde para hacerse la foto delante del Centro de Emergencias es la excusa de la toma de posesión de los nuevos bomberos”.
Francisco Rubio se reafirma en que “la justificación de que no se haya hecho la toma de posesión en el Salón de Plenos, elemento institucional por excelencia de la ciudad y donde se han hecho siempre las tomas de posesión de bomberos y policías, es la utilización partidista de los medios institucionales que siempre ha hecho Limones, y que ahora en época electoral, y con las encuestas cuesta arriba, es más abusivo si cabe”.
“En este sentido las llamadas de teléfono realizadas a ciudadanos desde el Ayuntamiento preguntando si conocen tal o cual cosa y donde se le mareaban con las “particularidades” de alguna que otra instalación es otra clara muestra de esta utilización empleada por Limones”. Rubio ha comentado, además, que en los casos de que los interlocutores hacían la mínima crítica, se cortaba la comunicación.