En Coumbacara (Kolda, Senegal), como en otras muchas zonas geográficas desfavorecidas, se trabaja por conseguir alimentos para la población de manera autónoma y sostenible. Y las mujeres son las protagonistas.
RedComÁfrica. La población de Coumbacara se encuentra al sur de la región de Kolda, en el sur de Senegal. Así, Coumbacara estaría al sur del sur. En la comunidad rural de Coumbacara, las mujeres son las responsables de la producción de arroz, del cuidado de pequeños rumiantes y de las principales tareas de producción hortícola, entre otras muchas actividades reproductivas. Aún siendo un pilar fundamental para la economía familiar, la paradoja es que siguen perteneciendo a los grupos más desfavorecidos de la población.
La ONG 7a/Maa-rewee, fundada en Kolda en 1984 por el Ndiobo Mballo, es una organización que trabaja en esta región con el objetivo de luchar contra la pobreza, la creación de un empresariado rural y la gestión de los recursos naturales. Esta organización desarrolla en Coumbacara, en consorcio con otras entidades, un proyecto denominado ‘Soberanía Alimentaria para Coumbacara’. Según Ndiobo Mballo, es fundamental “asegurar los alimentos de la población de manera autónoma respetando el medio ambiente, los cultivos tradicionales y el apoyo a las asociaciones de mujeres como motor principal del desarrollo local”. Para conseguirlo, se le da especial importancia a la alfabetización y formación de estas mujeres, como eslabón principal de la cadena de sostenibilidad en el futuro.
Esta iniciativa de la organización 7a/Maa-rewee, al igual que otros muchos movimientos campesinos en otras zonas geográficas, parten de este concepto de soberanía alimentaria y son fruto de la reflexión de las ONGs locales y la población a través de las organizaciones comunitarias de base. Son tres los elementos claves que se persiguen en una primera fase de ejecución de estos proyectos: el aumento de la tierra cultivable, el uso y producción de semillas mejoradas y la construcción o mejora de espacios de almacenamiento.
La soberanía alimentaria da prioridad a las economías y mercados locales, otorga el poder a los campesinos y a la agricultura familiar, además de suponer nuevas relaciones sociales libres de desigualdades entre hombres y mujeres, pueblos, grupos étnicos, clases sociales y generaciones.