¿Cuántas veces ha llegado a un restaurante y en la carta de los menús no venía reflejado el precio? ¿Cuántas veces ha llegado el momento de pedir la cuenta y no saber por cuánto le va a salir la velada? Pues todo esto le ha podido pasar en cualquier restaurante, pero, al menos, no en los de Sevilla.

Sevilla Actualidad. Irregularidades en la cartelería y en folletos publicitarios, deficiente información sobre los precios, no disponer del libro de reclamaciones o que los instrumentos para pesar los productos, como balanzas, no estén debidamente verificados. Éstas son algunas de las irregularidades que han cumplido algunos restaurantes en el periodo del 2009 en relación a la normativa que protege a los consumidores.

En concreto, tres de cada diez establecimientos de este tipo incumplía algún tipo de norma sobre los derechos de los usuarios, según se desprende de la campaña de inspección llevada a cabo el año pasado por el personal de Consumo de la Consejería de Salud.

De las 820 inspecciones que los técnicos de consumo llevaron a cabo el pasado año, supervisando restaurantes, cafeterías, bares, tabernas, bodegones, etc. Un total de 241 arrojaron algún tipo de irregularidad, lo que supone el 29 por ciento del total, un porcentaje inferior al registrado en 2008 que era del 43 por ciento.

Por provincias, en 2009 los servicios de Consumo de la Consejería de Salud realizaron 46 inspecciones relacionadas con establecimientos de restauración en Almería, 46 en Cádiz, 58 en Córdoba, 121 en Granada, 50 en Huelva, 98 en Jaén,141 en Málaga y 260 en Sevilla.

La campaña del pasado año ha desvelado que hay un mayor grado de infracciones en restaurantes (45 por ciento) que en bares (25 por ciento), cafeterías (26 por ciento) o establecimientos de temporada (28 por ciento).

Con la salud no se juega

Según los datos que arrojó la campaña de 2009, la falta de verificación de las balanzas que se usan para pesar los productos; carecer de hojas de reclamaciones de la Junta de Andalucía; los precios, cuando son distintos en la barra y en mesa, no se encuentran debidamente reflejados en las cartas o listas de precios; no disponer de la documentación acreditativa sobre la formación recibida por los manipuladores de productos.

Todas ellas son infracciones que los establecimientos pasan por alto pero que la normativa regula y castiga a quien la incumple. Con la salud del consumidor no se juega y durante esta campaña de inspección, esto se ha tenido muy en cuenta.

Aunque la mayor parte de las infracciones son de carácter leve y pueden ser sancionadas con multas de entre 200 y 5.000 euros, lo cierto es que la media ha sido de 589 euros. Más de 800 han sido los consumidores que se han quejado de las faltas e irresponsabilidades que hay dentro de la restauración. Quejas que han servido para que el Consumo de Administración plante cara y ponga en vigor una normativa que hay que respetar.

La Dirección General de Consumo de la Consejería de Salud aconseja a los usuarios que sigan con los ojos bien abiertos y que se fijen en que los precios finales incluyan ya el IVA, que verifiquen si existe alguna indicación de la existencia de diferencias de si el consumo se hace en mesa o en barra.

Los clientes deben tener en cuenta además que el precio de los productos de charcutería que se corten de una pieza principal debe darse por peso, y el de los mariscos debe precisarse por peso o por número de unidades, no estando permitidas expresiones del tipo “Precio según mercado”, “S.M.” o similares.

Comer e inspeccionar

Según los datos, los establecimientos de restauración de Sevilla son los que mejor cumplen las normas de protección al consumidor, elevándose el nivel de incumplimiento a un 16 por ciento, el más bajo de Andalucía, lo que supone que no llegan a ser dos de cada diez los establecimientos de restauración que incumplen estas normas.

www.sevillaactalidad.com