Magnífico destino para uno de los dos puentes que se plantean. La herencia de los distintos pueblos que pisaron sus tierras durante siglos, han hecho de la ciudad un lugar privilegiado. En el corazón de la historia de Occidente, su colosal civilización califal fue la más brillante de la Europa de su tiempo y tendió un puente entre Oriente y Occidente.

Sevilla Actualidad/Cristina Domínguez. Se mire donde se mire, Córdoba siempre descubre algo nuevo. Su tradición, su cultura y más que eso, su multiculturalidad hacen de la ciudad uno de los destinos más llamativos para aprovechar tres días de puente, y sin mucho gasto. A esto contribuyen las numerosas ofertas y el rentable hospedaje en el mismo centro del casco histórico.

El recorrido puede hacerse y deshacerse cuantas veces se quiera, sin mantener un orden y disfrutando del paseo por la ciudad que invita a ello. Las distancias en la ciudad, incluso si nos alejamos un poco del centro, no son del todo largas ni se hacen pesadas por la gran variedad y riqueza que descubren sus monumentos y paisajes.

Uno de los puntos turísticos de obligada visita es la Mezquita-Catedral datada en los siglos VIII-XVIII. En su historia se resume la evolución completa del estilo omeya en España, además de los estilos gótico, renacentista y barroco de la construcción cristiana.

Una espectacular edificación por la que merece la pena pasear y contemplar con atención. Además, es muy recomendable acudir en horario de misa, ya que los visitantes podrán deleitarse con el magnífico órgano de su interior. Espectáculo que sin duda contribuye a recrear ambientes del pasado y que transportan al viajero a otra época.

La Mezquita-Catedral parece haber estado, desde antiguo, dedicado al culto de diferentes divinidades. Sin duda, los elementos que más llama la atención, y que se han convertido también con el paso del tiempo en símbolo de Córdoba, son los arcos de herradura procedente del arte visigodo y que el Islam lo adoptó como un símbolo propio de su arquitectura. La Catedral cordobesa asombra tanto por su hermosura como por su ubicación, en pleno centro de la Mezquita. La planta, de cruz latina, alberga bóvedas góticas y una cúpula renacentista. Asimismo, destaca la torre de campanas y el patio de los naranjos.

Alcázar de los Reyes Cristianos de CórdobaPaseando por la judería, entre las que destacan la calleja de las flores y la del pañuelo, se llega al Alcázar de los Reyes Cristianos. Una impresionante construcción en la que resaltan sus magníficos jardines. Una oportunidad para pasear y perderse entre las fuentes y las flores, apreciando los pequeños detalles del siglo XIV. Como dato histórico, destaca que en estas dependencias, Cristóbal Colón solicitó fondos para su aventura marítima en el año 1486, así como el nacimiento de la infanta doña María, futura reina de Portugal.

Si seguimos el paseo, encontraremos los baños califales, la puerta de Almodóvar, la Torre de la Calahorra, el puente romano, los molinos, así como casi medio centenar de iglesias entre las que resulta de un especial interés la iglesia de San Lorenzo, exquisita joya de la arquitectura medieval cordobesa.

Además, el visitante no puede abandonar la ciudad sin recorrer las ruinas de Medinat al-Zahara. Sin embargo, si lo que se busca es un poco de tranquilidad en el ajetreo del viaje, la mejor recomendación es acudir a las ermitas. Un lugar en contacto directo con la naturaleza y desde la que se podrá observar toda la ciudad de Córdoba. Sin duda, el colofón perfecto para comenzar relajado y en completo estado de paz, el regreso a casa.

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